Sostenibilidad y resiliencia
¿Qué es la bioconstrucción?

Hace unas semanas nos contactaron desde EFE Verde para hablar sobre bioconstrucción.
EFE Verde es una plataforma global de noticias ambientales de la Agencia EFE que trata la actualidad de medio ambiente, energías renovables, biodiversidad, economía circular y, en general, el desarrollo sostenible.
Se trata de una entrevista muy completa en la que se habla a fondo de la viabilidad de la bioconstrucción hoy en día desde el punto de vista de un equipo de arquitectura que lo pone en práctica en su día a día en forma de proyectos ecológicos y saludables.
Más allá de romper mitos sobre la viabilidad económica de construir una casa saludable y eficiente, creemos que es importante también destacar que la bioconstrucción no es una cosa de hippies, sino que más bien es algo que hay que trabajar con mucho rigor profesional poniendo en una balanza cada decisión y valorando el incremento de coste en relación a los beneficios conseguidos a nivel de eficiencia y salud.
¡Vamos allá!
En términos generales, ¿en qué consiste la bioconstrucción? A pesar de no tener datos oficiales del número de viviendas de este tipo, ¿se podría hacer una aproximación? (a nivel nacional e internacional, si es posible)
Para nosotros, la bioconstrucción es aplicar el más aplastante sentido común a la construcción: construir en armonía con las personas y con el medio ambiente.
Hoy en día tenemos conocimientos y técnica para construir viviendas de consumo nulo que producen su propia energía y que además generan un ambiente interior sano, así es como se debería construir y es lo que intentamos llevar a cabo en nuestro estudio.
¿Cuántas viviendas?
De forma estricta muy pocas, ya que ser radical es caro, construir solo con materiales estrictamente naturales una vivienda de consumo nulo es más caro que construir con aislamientos derivados del petróleo y muchas veces para un cliente medio apostar por bioconstrucción al 100% supone reducir m2, algo que no todos queremos o podemos permitirnos, en la mayoría de los casos. Ya de por si es difícil llegar a ahorrar lo suficiente como para construir una vivienda.
Es por ello por lo que en el despacho siempre partimos de proponer equilibrio, cada familia decide si invertimos más en m2, en eficiencia o en materiales naturales, pero todo no puede ser.
¿Cómo ha incrementado la construcción de viviendas ecológicas desde sus inicios? ¿Cuándo ha tenido “su máximo esplendor”? ¿Creéis que algún día tendrá predominio sobre la vivienda convencional?
En primer lugar, deberíamos hablar de viviendas bien construidas y mal construidas, y dejar de etiquetar una vivienda como ecológica o convencional.
Hoy en día sabemos cómo construir con materiales naturales, que no dañan el medio ambiente, viviendas que por su propio diseño acumulan y almacenan calor solar y no necesitan aportación de energías procedentes de combustibles fósiles para generar un ambiente interior confortable. A esto nosotros le llamamos viviendas bien construidas, pero parece que hoy en día se le llama ecológico.
El momento de máximo esplendor de las viviendas bien construidas (o ecológicas, como las queramos etiquetar) ha sido a lo largo de toda la historia de la humanidad hasta la revolución industrial, cuando empezamos a hacerlo todo mal porque descubrimos que el carbón y el petróleo podían rebajar los costes de la construcción a costa de calefacción a toda marcha o aislantes plásticos.
Ahora sabemos que esto es barato a corto plazo pero muy caro a largo plazo. Una vivienda mal aislada que debe suplir la demanda de calor con calefacción incorpora una segunda hipoteca energética para el propietario, además de disponer de un ambiente interior reseco que reseca nuestras mucosas mermando nuestras defensas naturales.
Esto sin hablar de la repercusión sobre el medio ambiente que supone el uso de combustibles fósiles o la huella ecológica que incorpora un aislante derivado del petróleo.
¿Qué diferencia de precio (tanto en la fase de desarrollo de la casa como en los gastos que genere posteriormente) existe entre una vivienda convencional y una ecológica?
Aquí debemos diferenciar dos aspectos.
Si hablamos de uso de materiales naturales o no, si el coste m2 suele ser mayor, un aislamiento de corcho es mucho más caro que un aislamiento de poliestireno expandido. Esto es así porque las regulaciones actuales permiten que el CO2 extra que se emite al producir poliestireno le salga gratis al que lo genera.
Otro tema muy distinto es la eficiencia, podemos construir una casa muy eficiente con materiales no naturales y le podemos llamar también ecológica porque no consume energía y es muy calentita, esto es algo habitual porque lo ecológico está de moda, sobre todo cuando te aseguran que no vas a tener gasto de calefacción.
¿Cómo y cuándo os interesasteis en este tipo de arquitectura?
En el despacho, decimos que es la forma en la que construimos casas, pero también es nuestra forma de comer, de viajar, de criar niños; la consciencia ecológica es una forma de vida y cuando eres consciente no puedes actuar ni trabajar de otra forma.
Hemos estado revisando algunas de las bases de la bioconstrucción, ¿qué material creéis que es el más ecológico o el que consideráis más óptimo para la bioconstrucción? ¿Depende de la ubicación donde se realice el proyecto?
Sí, exacto, depende de la ubicación y depende del uso del proyecto, no es lo mismo una vivienda de fin de semana, que necesita calentarse el viernes por la noche de forma rápida, que una vivienda ocupada por una familia continuamente en la que necesitamos materiales que acumulen calor poco a poco.
¿Por qué la mayoría de la gente no se embarca en construir este tipo de vivienda? ¿Creéis que puede ser por desconocimiento o porque no es lo usual?
No creemos que esta afirmación sea ya válida, la realidad es que casi todas las personas que se plantean hoy en día construir su propia vivienda ya buscan que sea ecológica, o como mínimo eficiente. Es un tema de costes y cuando hablamos de ahorro da igual la consciencia ecológica del cliente. Cuando sabes que inviertes un poquito más y en un plazo de unos 5 años has amortizado la inversión y tienes una vivienda de consumo nulo, entonces todo el mundo quiere una casa ecológica.
Otro tema es la utilización de materiales naturales, podemos construir una vivienda pasiva de consumo nulo con aislamiento de fibra de madera o con aislamiento de poliestireno extruido derivado del petróleo, conseguiremos los mismos resultados a nivel de eficiencia térmica pero en el segundo caso la huella ecológica es mucho mayor, además nuestra pared no transpirará y si no está bien construida podrá aparecer fácilmente moho y humedades.
Hoy en día hay muchas empresas de construcción que venden casas ecológicas y cuando empiezas a investigar, los materiales que utilizan, de ecológicos no tienen nada.
¿Cómo valoráis en términos de bioconstrucción la siguiente lista de materiales: adobe, paja, madera, piedra y bambú? ¿Cuál de ellos es el que produce un mayor repertorio de posibilidades? ¿Cuál de ellos es el más ecológico y el que menos impacto ocasiona al medio ambiente?
En esta lista faltan también los ladrillos, como la termoarcilla, que son materiales más “convencionales” que también son naturales y cuya puesta en obra no es más cara que otro material no eco.
En el estudio somos conscientes de que nuestros clientes tienen un presupuesto limitado y construir con según qué materiales encarece demasiado los costes. Se trata de buscar un equilibrio entre m2, eficiencia y materiales naturales.
La madera está muy de moda pero no deja de ser un sistema constructivo importado de países del norte de Europa donde tienen mucha disponibilidad de madera en bosques de árboles grandes y esbeltos. En nuestro país tenemos pinos pequeños y torcidos y las opciones de trabajar con madera local son más limitadas, hay algunas empresas en el País Vasco y norte de Catalunya, pero la realidad es que la mayoría de madera con la que se trabaja suele provenir del norte de Europa, esto puede llegar a no ser ecológico ya que aunque la madera absorbe CO2 durante su crecimiento, el transporte por carretera de toda la madera necesaria para construir una casa emite mucho más CO2 del que esa madera ha absorbido durante su crecimiento.
Por otro lado, la madera no es un material que acumule calor, en un clima como el ibérico en el que tenemos veranos cálidos e inviernos fríos, necesitamos materiales capaces de acumular calor. En invierno acumulamos el calor del sol en suelos y muros, y en verano nos protegemos del sol y conseguimos muros y suelos frescos. La construcción tradicional en nuestro país eran muros de piedra o incluso de tierra porque son materiales que acumulan calor, esto hoy en día lo conseguimos con materiales como el ladrillo.
Esto no quiere decir que la madera no sea un buen material, por ejemplo cuando tenemos que construir una casa de fin de semana o como combinación a una estructura de muro de ladrillo, pero cada material se debe valorar según uso, ubicación y características térmicas.
En cuanto a la paja, es un material aislante no estructural que suele combinarse con estructura de madera y bajo nuestro punto de vista no es el más adecuado ya que no resiste la humedad y se pudre, requiere mucho conocimiento y lo que ahorramos en material lo gastamos en puesta en obra. Hay otros aislantes naturales más eficaces como el corcho que no se pudre.
El adobe o los muros de tierra prensada, son materiales con excelentes propiedades térmicas pero de nuevo entra el factor costes, la puesta en obra requiere mano de obra especializada y un trabajo artesanal que es lo más caro en la construcción, por ello no es accesible a todos los presupuestos.
¿Cómo influye o afecta una vivienda convencional al medio ambiente y a la salud personal?
En relación al medio ambiente deberíamos valorar cada caso, generalmente se habla de huella ecológica, cuando CO2 hemos aportado con nuestra construcción y seguiremos aportando a lo largo de su vida útil.
En relación a la salud, es algo muy amplio y dependerá de cómo esté construida la vivienda, podemos encontrar desde paredes con pintura plástica que no transpira, muros con humedades y moho, ambientes interiores resecos a causa de la calefacción o el aire acondicionado, aislamientos o maderas que desprenden formaldehido -un compuesto cancerígeno-, el global puede ser un cóctel invisible que consigue mantener nuestras defensas alerta continuamente y eso produce un desgaste imperceptible en el día a día pero visible a largo plazo en forma de ansiedad, cansancio, deficiencias del sistema inmunitario o incluso enfermedades graves como cáncer o asma.
¿Qué consejo le daríais a todas aquellas personas que aún no se han atrevido a construir su propia casa ecológica o bio?
Recordad que una casa ecológica es una casa convencional bien construida para no tener que consumir energía innecesaria para calentarla o enfriarla y con un ambiente interior sano libre de tóxicos.
¿Qué factores o qué cosas se deben tener en cuenta para la bioconstrucción?
En nuestro estudio decimos que una casa debe estar adaptada a una familia, ser eficiente y estar construida de forma natural generando un ambiente interior sano, para nosotros esto es bioconstrucción.
¿Creéis que este modelo de arquitectura (bioconstrucción o vivienda ecológica) es de interés sólo en aquellos que se encuentran en consonancia con el medio ambiente?
De nuevo aquí debemos distinguir entre casa eficiente o casa eficiente con materiales naturales.
Creo que las personas tenemos interés en las cosas que pueden suponer un beneficio para nosotros de forma directa, el cambio climático no afecta nuestro día a día a corto plazo, por este motivo es difícil que alguien que no tenga una cierta consciencia ecológica se interese por una construcción natural o sana, por el mismo motivo que no tiene ningún interés por entrar en un supermercado ecológico.
Ahora bien, cuando hablamos de eficiencia entonces sí que el abanico de personas interesadas se amplía, el beneficio a corto plazo de una casa eficiente es fácilmente demostrable en forma de facturas de calefacción que se dejan de pagar y esto interesa a cualquiera.
Que una casa eficiente se lleve a cabo con materiales naturales o no es una cuestión de consciencia ecológica pero también de presupuesto.
¿Podríais explicar resumidamente las fases por las que pasan vuestros clientes hasta conseguir su nuevo hogar? ¿Cuánto tiempo puede pasar desde que contactan con vosotros hasta que se obtiene el resultado final?
Los clientes suelen contactar con nuestro equipo cuando tienen terreno o están a punto de comprarlo, desde entonces suele pasar entre 1 año y medio y dos años hasta tener una casa lista para entrar a vivir.
En nuestro caso las fases incluyen una primera parte técnica de definición de proyecto, con muchas reuniones con la familia, una segunda parte de definición económica y adjudicación de constructores y una última fase de dirección de obra, todo supervisado por nuestro equipo.
Si queréis más información sobre el tipo de casas que diseñamos podéis visitar nuestra web o contactarnos a través del formulario sin ningún compromiso.