Salud y biohabitabilidad

Guía de mobiliario ecológico

MOBILIARIO ECO

En esta guía de mobiliario ecológico analizamos las principales marcas y catálogos del mercado español para incorporar muebles naturales en nuestras casas.
Publicado el 14 mayo 2021

Vivimos en un momento de transición, un momento en el que todo aquello que habíamos dado por supuesto y que parecía ser nuestra cotidianidad se pone en cuestión, la gran mayoría de nuestras fuentes de energía y procesos productivos que garantizan nuestro nivel de vida – al menos en los denominados países desarrollados – han demostrado no ser viables a largo plazo y amenazan nuestra supervivencia en este planeta.

El cambio de modelo se empieza a intuir y ya son pocas las empresas que aún no han empezado a plantearse las repercusiones del ciclo de vida de su actividad.

Ya sea porque la normativa empieza a ser más estricta para aquellos procesos y productos que contaminan o generan residuos, ya sea por consciencia medioambiental, lo cierto es que todos estamos obligados a iniciar un cambio hacia un modelo de consumo justo, sostenible y en armonía con el planeta.

En este sentido desde Slow Studio trabajamos e investigamos día a día por mejorar los procesos de construcción, reducir nuestra huella ecológica, utilizar materiales de mínimo impacto ambiental y sistemas que consigan un ciclo de vida cerrado.

Además, trabajamos proyectos que aseguran el bienestar de las personas en los espacios interiores, algo de lo que hemos tomado consciencia a marchas forzadas a raíz del COVID-19.

Y es que pasamos el 90% de nuestro tiempo en espacios interiores, en casa, en el trabajo, en el gimnasio, en el colegio y ello supone que el aire que respiramos debe llegar del exterior en buenas condiciones de temperatura, humedad, CO2 y sin presencia de contaminantes.

Nos hemos dado cuenta de que, aunque hagamos esfuerzos por conseguir casas pasivas de consumo nulo, asegurando una buena renovación de aire y con materiales y acabados naturales, libres de tóxicos, que no emanan ningún tipo de contaminante al aire interior de un espacio, al acabar la construcción, el usuario introduce muchas veces elementos de mobiliario o decoración que alteran las condiciones naturales del ambiente interior.

Una pintura tóxica, por ejemplo, puede emanar durante varios meses o años distintos agentes nocivos que se van acumulando en el aire interior si no hay una ventilación adecuada. Lo mismo ocurre con tejidos de alfombras o cortinas que en muchos casos incorporan agentes retardantes de llama o productos para facilitar el lavado que suponen auténticos cócteles químicos que se van emanando al ambiente en pequeñas cantidades durante largos periodos de tiempo.

Cuando entramos en el campo del mobiliario, las consideraciones son muchas, desde la consciencia medioambiental de la empresa de muebles ecológicos que los fabrica valorando el uso de materiales naturales y la procedencia de los mismos, hasta las implicaciones en el ambiente interior, que van desde la electroestática de las superficies a la emanación de tóxicos o aporte a la regulación natural del ambiente.

En este artículo hemos querido hacer una recopilación de empresas que apuestan por las materias primas naturales, de procedencia local, con una consciencia medioambiental en todos sus procesos de producción y acabados que aseguran una buena calidad del ambiente interior de nuestro hogar, sin conglomerantes, colas, barnices o superficies sintéticas, entre otros.

Cada una de las empresas que hemos seleccionado son empresas de producción local, algunas más familiares o con procesos artesanales y otras que están empezando a organizarse para competir en precios con gigantes como Ikea.

Sin duda, optar por este tipo de mobiliario no es solo una forma de mejorar la salud y la calidad de vida en nuestro hogar, sino una clara apuesta por un consumo más consciente en el que nuestra huella ecológica se reduce a cero al optar por materiales de procedencia natural, poco transformados y cuyo proceso de producción permite recuperarlos y volverlos a reutilizar o transformar al final de su ciclo de vida.

En esta guía de mobiliario ecológico analizamos todas las opciones disponibles en el mercado español para incorporar muebles ecológicos y naturales en nuestros espacios. Analizamos las principales marcas y el catálogo de muebles y productos del que disponen, prestando atención al origen y proceso de transformación de los materiales, huella ecológica del proceso productivo, aplicación de principios de la economía circular y criterios de salud.

1. Hannun

 

 

Hannun es una empresa de muebles ecológicos especializada en la denominada ‘Slow-furniture’, que ellos mismos describen como mobiliario que sigue los valores de lo ecológico, hecho a mano y la artesanía local.

Se trata de una compañía distribuidora que no dispone de tienda de muebles ecológicos física, sino que a través de una plataforma online comercializa productos fabricados en pequeños talleres españoles, que detalla en un mapa en su página web.

Así, demuestra su compromiso social, apoyando al pequeño comercio y la economía de proximidad, con más de 25 talleres empleados directamente, que mayoritariamente se concentran en las comunidades de Cataluña y Valencia, pero que tienen presencia en Galicia, País Vasco y Madrid. En todos ellos, se realizan piezas de manera artesanal y se obtienen productos de carácter único al no ser industrializados.

Esta condición les permite ofrecer dos opciones de plazos de entrega. En caso de tener el modelo en stock físico, se envía en los siguientes 2-3 días hábiles. Sin embargo, si el mueble ha de conformarse mediante un proceso manual, el plazo de fabricación oscila entre los 10 y los 15 días hábiles debido al compromiso de la empresa con una buena calidad y acabado en cada una de las piezas.

El catálogo de productos que ofrecen va desde mesas, sillas y sillones, cabeceros de cama y mesitas de noche, hasta muebles auxiliares, espejos o elementos de decoración. Así, para el mobiliario hecho de madera, el tipo y origen de esta materia prima depende de los distintos artesanos, cuya información y filosofía se detallan en fichas en la web. Muchos de ellos siguen un modelo de pequeña empresa de muebles ecológicos familiar con años de recorrido en técnicas tradicionales. Se emplea madera maciza de bosques sostenibles, generalmente de pino, y barnices ecológicos.

Además, existe una línea de productos que emplea madera reciclada, el Reuse Market, siguiendo los principios de la economía circular – a pesar de que ésta no suele provenir de un distribuidor local por falta de oferta nacional. La reutilización de la madera es, según Hannun, su mayor compromiso con el medio ambiente, ya que requiere menos pintura y tinte al ser materiales que ya han sido anteriormente tratados. Sin embargo, la falta de información sobre estos acabados previos puede llevar a una mayor concentración de productos químicos que mencionamos al inicio de esta guía de mobiliario ecológico.

Siguiendo los principios de la filosofía Zero Waste, se da salida a productos que presentan alguna tara abaratando mucho su precio para evitar que se conviertan en residuos. También se persigue que para 2025 el packaging sea totalmente ecológico, pero por el momento el embalaje es en gran medida a base de cartones reciclados y se han incorporado cintas de embalaje reciclables con adhesivo biodegradable.

De cara a justificar la procedencia sostenible de la madera, existen dos certificaciones de gestión forestal que garantizan la tala controlada y replantación para asegurar su renovación: la llamada FSC (Forest Stewardship Council) y la PEFC (Programme for the Endorsement of Forest Certification). Además, Hannun cuenta con un nuevo compromiso contra el maltrato animal, el PETA (People for the Ethical Treatment of Animals), evitando emplear materiales como el cuero o la seda.

Finalmente, la presencia de químicos en los productos se controla a través de la aplicación de barnices eco-friendly, que ofrecen acabados naturales y no contienen tóxicos en su composición al estar fabricados con bases como el aceite esencial de linaza, ceras, pigmentos minerales, o incluso agua.

2. Fustaforma

 

 

Fustaforma es una empresa de muebles ecológicos de tradición familiar que nace en Benicarló en 1990 y a día de hoy tiene distribuidores en Barcelona, Castellón, Zaragoza, Bilbao, Pamplona y Madrid. Se trata de un modelo de producción en un gran taller propio que se ha especializado en el diseño y patente de prototipos de sillas ergonómicas.

Comercializan un gran abanico de productos: armarios, escritorios, librerías, mesas, sillas, literas, nidos, mobiliario de salón-comedor y muebles para niños-bebés, sin embargo su especialidad son las sillas ergonómicas. También ofrecen material textil como colchones, futones, almohadas y otros complementos naturales  para mejorar el descanso. Por ello, emplean dos tipos de materia prima: madera y materiales textiles.

La madera es maciza y mayoritariamente de la variedad de pino, que se caracteriza por un crecimiento rápido, por lo que el bosque sostenible se regenera más rápido. Además, se trata de un tipo de madera más parecida a nuestro clima templado, proveniente de países del norte de Europa que cuentan con antiguas y estrictas Leyes de preservación forestal y certifican FSC y PEFC. De este modo, evitan las maderas de tala abusiva como las tropicales, que se suelen elaborar además con mano de obra en condiciones laborales indignas, generando un doble agravio comparativo. También se emplea en algunos casos madera de haya.

Los materiales textiles naturales empleados son el algodón, el cáñamo, la lana y el látex 100% natural, que se combinan para asegurar la duración, elasticidad y transpiración de los diversos productos asociados al descanso. Se unen pues las cualidades intrínsecas de los materiales a los principios del confort y la ergonomía a través de la propuesta de modelos innovadores como son los futones. Más delgados que los colchones convencionales, resuelven sus mismas prestaciones en un espesor total de unos 20 cm, gracias a la combinación de un relleno de algodón y un núcleo de 13 cm de látex.

A continuación, os dejamos un pequeño resumen de las distintas propiedades, orígenes, mantenimiento y efectos sobre el usuario de cada uno de los materiales textiles y sus posibles combinaciones entre ellos:

Algodón: Es una fibra vegetal natural, neutra e inocua. Confiere cierta dureza a los productos de descanso y permite frescura en verano y calidez en invierno. No suscita alergias ni carga electricidad estática, pero sí que requiere cierto mantenimiento que consiste en volcar el futón y exponerlo al sol.

Cáñamo: También una fibra vegetal, esta vez muy resistente y duradera, además de aislante. En combinación con el algodón, le confiere más consistencia y esponjosidad.

Látex: Es un producto natural lechoso que se extrae del interior de diversas plantas u hongos. Sus propiedades son la flexibilidad y transpirabilidad. No requiere mantenimiento, sólo ventilar la habitación y en este caso no puede exponerse al sol. Una mayor proporción de látex en el futón lo hará más blando y adaptable al cuerpo en función del espesor del futón y el peso del usuario.

Lana: Es un material natural de origen animal que en España proviene mayoritariamente de las ovejas. Se caracteriza por ser muy aislante y por lo tanto caliente a la vez que seco. Así, funciona bien para ambientes húmedos.

Enlazando las propiedades de estos materiales con el concepto de ergonomía, muy presente para Fustaforma, destaca el modelo de silla ergonómica balancín. Este producto combina madera y materiales textiles naturales para asegurar beneficios frente a las sillas tradicionales para prácticas en auge como el teletrabajo. Permite regular el respaldo en cuatro posturas en que se adaptan a la altura del usuario, que apoya los pies en el suelo para repartir el peso y no cargar las rodillas, en un continuo reparto de los esfuerzos corporales que nos permite relajar los discos vertebrales.

Además, Fustaforma tiene en cuenta criterios de economía circular y los aplica en el reciclado de los residuos de la madera para los convertirlos en pellets que producen a su vez energía para la fabricación de más diseños.

Por otro lado, tiene en cuenta el perfil de usuario con SQM (Sensibilidad Química Múltiple), así como la electrosensibilidad. Por ello, los acabados de la madera son todos ecológicos, ya sea mediante aceites de origen natural o base de agua y nunca se pinta salvo indicación expresa para evitar añadir olores, a pesar del carácter ecológico de la pintura. De hecho, su página web consta de un Blog en el que se divulga sobre la necesidad de evitar los tóxicos en una actividad tan imprescindible para la vida diaria como es el descanso.

Aquí, entran en juego los químicos que puedan contener los materiales textiles, directamente en contacto con nuestro cuerpo, que penetran a través de la piel y la respiración. Excluyen pues cualquier tipo de espumas artificiales, ya sean viscoelásticas o poliuretanos, ambos derivados del petróleo.

Otro motivo para descartar estos materiales es en relación a la electrosensibilidad, ya que los materiales artificiales se cargan con facilidad, mientras que los materiales naturales se comportan como electronegativos, constituyendo un entorno sano y libre de electricidad estática.

Por todos estos motivos, la empresa de muebles ecológicos Fustaforma ganó el premio al ‘Reconocimiento Social a la labor de Investigación y Desarrollo de elementos del Mobiliario Naturales y Saludables, unido al respeto al Medio Ambiente’ en 1998.

3. Ecomueble

 

 

Ecomueble es una empresa de muebles ecológicos situada en Pamplona con más de 25 años de experiencia en el sector. Hace año y medio crearon su nueva línea de mobiliario ecológico y saludable para las personas y el medio ambiente, llamada Ecomueble.

Desde su taller, en Aizoain, trabajan con criterios artesanales y una estética de líneas nórdicas, se dedican a diseñar y fabricar muebles duraderos con responsabilidad ecológica y medioambiental. Parten del concepto modular, estrategia que permite el diseño y montaje de muebles idóneos para cada espacio de manera sencilla. Así, su diseño estandarizado ofrece distintos módulos y opciones de acabado con los que crear infinidad de muebles saludables y ecológicos para el hogar, la oficina y el comercio.

Ofrecen todo tipo de muebles de dormitorio: habitaciones de matrimonio, infantiles y juveniles (camas, cunas, mesillas…), así como mobiliario del salón-comedor (mesas de centro y mesas de comedor). Además, resuelven todo tipo de necesidad de almacenamiento mediante módulos para crear armarios y estanterías que paradójicamente permiten una mayor personalización del mobiliario.

La materia prima empleada en su fábrica de muebles ecológicos es un contrachapado de madera de abedul, es decir un tablero que se realiza con distintas capas finas de madera colocadas unas encima de las otras alternando la dirección de la veta. Por sus propiedades tanto mecánicas como estéticas, la madera de abedul se utiliza más frecuentemente como contrachapada que como maciza.

Se trata de una madera muy abundante en el hemisferio norte y actualmente Finlandia es uno de los países donde existe una industria más significativa de este tipo de material, que Ecomueble importa para la fabricación de sus productos. Tal es su trascendencia en el país, tan apegado a la naturaleza, que el abedul es uno de sus símbolos nacionales. Además, cuenta con los certificados europeos de gestión forestal sostenible y calidad ambiental, el PEFC y el CARB.

Los grosores de las tablas oscilan desde los 12 mm, para fondos de cajón, a los 36 mm para encimeras. Ecomueble hace accesible en su web los datos técnicos del material que emplea: densidad media de 570 kg/m3, resistencia a la flexión estática de 1.500 kg/cm2, resistencia a la compresión de 520 kg/cm2 y módulo de elasticidad de 165.000 kg/cm2.

Además, para garantizar el cumplimiento de las normativas sobre salud europeas y por una toma de consciencia de la dolencia de los clientes SQM, derivado de la experiencia personal de uno de los socios, Ecomueble presta mucha atención a la concentración de productos químicos presentes en los materiales y acabados. Evitan usar tableros de aglomerado, DM o MDF para evitar pegamentos, siliconas o selladoras que tengan vapores nocivos.

En cambio, la resina que usa el fabricante para el encolado del contrachapado de abedul finlandés no produce emisiones  tóxicas ni olores irritantes. Para acreditar esto poseen el riguroso certificado californiano CARB, California Air Resources Board,  sobre las emisiones prácticamente nulas de formaldehído y otros tóxicos. Así, estos tableros se pueden emplear sin problema para la fabricación de encimeras con aplicaciones alimenticias y juguetes infantiles.

El proveedor finlandés suministra los tableros de contrachapado con tres tipos de acabado: natural, transparente y blanco semi-mate, todos ellos libres de olores nocivos para cualquier tipo de persona, pero en especial el perfil SQM. Para los cantos que no han sido tratados, el proceso a seguir es lijarlos en el mismo taller y aplicar aceite natural de almendras a presión en frío, un producto totalmente inocuo para la salud.

Ecomueble se caracteriza por divulgar y dar especificaciones técnicas sobre las pinturas que emplea, especialmente sobre tóxicos y sus implicaciones sobre la salud. En caso de buscar acabados distintos a los que ofrece el proveedor, la fábrica de muebles ecológicos apuesta por pinturas sostenibles, con un nivel mínimo de emisiones de COV (Compuestos Orgánicos Volátiles) y envases reciclables, de la marca Fleur o Milk Paint.

Ambas marcas comercializan pinturas y barnices de alta cobertura y protección sin disolventes y con base al agua. Por ejemplo, una de las pinturas que usan en Ecomueble está elaborada a partir de la caseína de la leche y no produce ningún tipo de irritación en la piel, los ojos ni la garganta.

De manera similar a la problemática de los químicos que comentamos al inicio de la guía de mobiliario ecológico, los socios de Ecomueble abogan por tomar consciencia de este tipo de productos químicos presentes en nuestros ambientes y convertir esta tendencia de reducción en una futura obligación. Se trata de una responsabilidad ligada a la preocupación por quienes van a hacer uso de los muebles, ofreciendo soluciones a su objetivo último: conseguir un hogar más saludable.

En definitiva, si nos rodeamos de un mobiliario realizado con materiales naturales, sin tratamientos químicos en su elaboración y terminación y proveniente de explotaciones sostenibles, no solamente estaremos contribuyendo a mantener y mejorar el medio ambiente, sino también a cuidar la calidad de nuestro hogar y la salud de quien lo habita. Un pensamiento que suena innovador pero que en determinadas situaciones se asocia a una tipología de mobiliario rústico, creencia que Ecomueble rompe con su estética actualizada.

4. Muebles Lufe

 

 

Muebles Lufe es una empresa de muebles ecológicos de producción propia que diseña y fabrica muebles en la provincia vasca de Guipúzcoa, en su taller en Aizarnazabal. No tienen tienda de muebles ecológicos física, por lo que disponen de una plataforma de venta online que permite la distribución a nivel nacional en el período de una semana.

La materia prima empleada es la variedad de pino insignis, presente en los bosques locales de la misma comunidad que consta con el certificado PEFC de sostenibilidad. En Lufe defienden los nudos y las características naturales intrínsecas del material, que en determinadas ocasiones se busca desechar y evitar por un sentido estético que parece buscar más una tipología de material parecido al plástico, tendencia opuesta a la filosofía de la compañía. Así, ellos proponen poner en valor esta característica de la madera, un material vivo y natural que nos proporciona piezas todas ellas veteadas de manera distinta, por lo que conforman muebles únicos.

Ofrecen todo tipo de productos: camas, estanterías, mesas, almacenaje, sofás, sillas, bancos, muebles de jardín y otros elementos de decoración. Además, están especializados en el método educativo Montesori, que promueve la independencia de los más pequeños. Siguiendo esta filosofía, los diseños de mobiliario Montessori buscan la creación de espacios seguros donde los niños tengan más autonomía. Un espacio Montessori infantil debe estar basado en el orden y en la estética simple y real, donde cada elemento tiene su razón de ser en el desarrollo de los más pequeños.

Para ello, cobra mucha importancia evitar la presencia de químicos. Sin embargo, para mantener la madera maciza en las mejores condiciones el máximo tiempo posible, es necesario aplicar un barniz protector. Con esta consciencia, Lufe recomienda una gama de barnices al agua y aceites de teca libres de emisiones, que permiten además una gran diversidad de tonos.

Es interesante como su fábrica de muebles ecológicos aplica uno de los primeros principios de la ecología: priorizar el producto local para minimizar la huella del carbono del transporte. Así, la gama de barnices al agua Iruxil W está producida por Irurena, una empresa que se encuentra en la misma provincia y se caracteriza por una gran calidad, protegiendo los muebles tanto en exterior como en interior.

5. Biofusteria

 

 

Biofusteria es una empresa de muebles ecológicos de la provincia catalana de Lleida que fabrica muebles de madera sin tóxicos de producción propia en su taller. Manuel Gayete, su fundador, es un firme convencido de que un estilo de vida más responsable, ecológico y sostenible es posible. Se reafirma en su propia experiencia, ya que en 1996 decidió cambiar la vida de la gran ciudad por la del entorno rural, iniciando un camino de aprendizaje para trabajar la madera.

Viajó a Suiza donde pudo formarse en carpintería, ebanistería y talla, aprendiendo técnicas de gestión empresarial y ahorro energético para lograr fusionar su pasión por trabajar la madera de forma sostenible con su forma de vida. Un ritmo de vida que le permite vivir de manera pausada, disfrutando de los pequeños placeres del día a día.

Se trata de un proyecto vivo, como el material que emplea, que defiende la puesta en el centro las necesidades humanas, recuperando el respeto por un modelo de negocio que aporta valor. Los valores que afloran de sus proyectos son la salud, el empleo de materiales no tóxicos, la durabilidad de los trabajos, el cuidado a sus trabajadores y la cooperación entre diferentes profesionales.

Ofrecen todo tipo de muebles a medida para la casa, así como la rama del mobiliario infantil y soluciones para escuelas o negocios. Además, van más allá y se dedican a la fabricación y resolución de carpinterías ecológicas de alta calidad y al asesoramiento para que la casa sea saludable, cómoda y funcional.

En la línea de sus principios, trabajan con proveedores locales, apostando por ofrecer un buen producto hecho a mano y no desmerecer calidades. La materia prima es madera maciza de las variedades de pino, roble o castaño del Montseny, siempre de proximidad y certificada con el certificado CE exigido por la Unión Europea, el FSC y el PEFC.

De hecho, divulgan sobre la valoración del macizo del Montseny y las Guilleries, patrimonio universal y reserva de la biosfera, que dispone de bosques certificados con el sello PEFC de gestión forestal. De allí se extrae la madera de castaño, con unas cualidades excelentes para la fabricación de puertas, ventanas y muebles por su alta resistencia y baja permeabilidad.

Esta madera se tala garantizando su regeneración y se procesa en una fábrica en el mismo Montseny, simplificando su proceso de transformación y reduciendo al mínimo el coste económico y medioambiental. Siguiendo su filosofía, si se dispone de un material local, no tiene sentido consumir combustible para obtener lo mismo en otro lugar.

Biofusteria se enfoca también en la divulgación, a través de su Ecoblog pero también mediante cursos y talleres, sobre todo sobre acabados ecológicos en madera.

Y es que la presencia de químicos también es un tema clave para ellos, sobre todo teniendo en cuenta a las personas con problemas respiratorios o alergias, como los que padecen SQM. Para ello, tratan la madera con aceites y barnices libres de tóxicos y compuestos volátiles que, por lo general, contienen los muebles convencionales y quedan suspendidos en el ambiente.

Además, por sus propiedades, la madera evita los efectos negativos ocasionados por los campos electromagnéticos y microondas.

Estos barnices penetran en la madera sin sellar los poros, por lo que permiten que el material vivo respire y pueda regular naturalmente la humedad. Este tratamiento requiere un mantenimiento mínimo en el caso de mobiliario exterior para la prolongación de su vida útil, no siendo necesario pulir la madera antes de aplicar el producto.

Siguiendo los principios de la economía circular, en Biofusteria están convencidos de que la ecología no siempre va de la mano de la sostenibilidad y que utilizar productos certificados, biológicos, ecológicos y km cero puede ser un distintivo o un primer paso. Sin embargo, el siguiente paso es poder garantizar que al finalizar la vida útil el producto se puede reutilizar sin tener que convertirse en un residuo, como demuestran ellos con su práctica.

6. Moblebo

 

 

Moblebo es una empresa de muebles ecológicos familiar valenciana situada en Castellón, con una trayectoria de 40 años que comienza como Muebles Vives, una tienda dedicada a la venta de muebles de madera maciza. En la trastienda empiezan por primera vez a fabricar mobiliario propio en un pequeño taller, que dará dar paso al actual Moblebo.

La distribución se realiza desde la web o desde su showroom físico. Al tratarse de piezas fabricadas artesanalmente, su fabricación se inicia cuando se realiza el pedido, por lo que no disponen de stock. Esta es la razón de que la mayoría de las piezas tengan un plazo de entrega de 30 a 40 días laborables.

Ofrecen todo tipo de productos para el baño, el salón, la cocina, el dormitorio, ya sea infantil o juvenil, así como muebles auxiliares o de oficina. La fábrica de muebles ecológicos los elabora de forma artesanal, con un proceso productivo poco intensivo en consumo energético. En el taller se realiza todo el proceso de diseño y producción de su mobiliario, desde la entrada de la materia prima hasta el producto terminado, garantizando la total supervisión en cualquier momento del proceso de transformación. Además, es importante destacar que se fabrican en sus instalaciones en Castellón, poniendo en alza el potencial del capital humano local.

Para su fabricación, se emplean materias primas nobles: madera maciza, íntegramente proveniente de explotaciones controladas certificadas con PEFC.  Se trata de un material que defienden por su belleza y contacto cercano y agradable, cuya edad, especie y clima confieren características como su veteado, color o textura. Siguiendo estos criterios estéticos, trabajan variedades de madera como el abeto, que siendo una especie perteneciente a las coníferas tiene características diferentes al pino convencional, como nudos más pequeños y uniformes.

Tanto el abeto como el resto de madera que trabajan: roble, fresno y nogal; son originales de países escandinavos, por lo que implican un gasto en transporte sobre el que Moblebo es crítico en línea con las consideraciones de esta guía de mobiliario ecológico, tras consultarles la empresa cree que en un futuro se podrán promover políticas de plantación de especies de árboles dedicadas a la producción de mobiliario a nivel nacional.

En cuanto a los productos de acabado que utilizan, se trata de productos con base al agua, sin disolventes, desarrollados a partir de sustancias de origen vegetal de desecho y orientados a los principios de la economía circular, que garantizan productos respetuosos con el entorno.

Se utilizan dos tipos: pulimentos al agua o cera de abeja natural. Moblebo comercializa un kit de mantenimiento con cera para el cuidado de los muebles de madera, que le proporciona nutrición con un acabado suave. Lo más importante es que no engrasa la madera al tratarse de un material natural, ya que existen productos conocidos en el mercado que sí lo hacen. El modo de empleo es tan sencillo como agitar y rociar a una distancia de unos 20 cm del mueble, dejar actuar unos minutos y frotar suavemente con un paño, preferiblemente de algodón o lana.

Moblebo cuenta con experiencia con clientes que padecen Sensibilidad Química Múltiple (SQM), a los que envía siempre una muestra previa para garantizar la inocuidad del producto. Además, disponen de la certificación Greenward Gold, que asegura que el producto está diseñado para espacios interiores ya que cumple límites estrictos de emisiones. Este sello se desarrolló evaluando la sensibilidad química de los niños y presenta los criterios de emisiones de productos más rigurosos hasta hoy para materiales de baja emisión.

Finalmente, siguiendo los principios de la economía circular, los únicos residuos que generan en su fábrica de muebles ecológicos son la viruta de madera, que reutilizan para la generación de energía.

7. Ecodecomobiliario

 

 

ECOdECO es una tienda de muebles ecológicos online realizados con materiales reciclados que opera desde Valencia y distribuye tanto a nivel nacional como europeo. Ofrecen productos hechos a base de materias primas llenas de matices e historias, que convierten a cada mueble en único. En su catálogo podemos encontrar mesas, estanterías, estantes, percheros, cabeceros, pufs, sofás, cajas, revisteros, iluminación, jardineras y espejos.

Siguiendo los principios de la economía circular, ECOdECO nace de la firme creencia de que todo tiene una segunda vida, por eso la madera empleada es íntegramente reciclada. Reciclan cajas de fruta o palets europeos hechos a base de madera de pino, que a su vez reutilizan para conformar otros ensamblajes.

Sin embargo, esta madera es fuertemente tratada a posteriori para asegurar su durabilidad y un aspecto nuevo, consiguiendo un tacto completamente liso y un aspecto lo más limpio posible. Para ello, aplican barnices a base de resinas acrílicas que protegen la madera, repelen el agua y permiten transpirar la humedad interior de la madera, protegiéndola contra los rayos UV. Este proceso consigue un acabado con un color natural, gracias al tono claro de la madera de pino, pero no garantiza la falta de presencia de tóxicos al tratarse de materiales artificiales derivados del petróleo.

8. Ecomatalasser

 

 

Ecomatalasser es una empresa artesanal que nace el 2013 y ofrece prácticamente en exclusiva un servicio de personalización del producto, combinando diseño personal y actual con tradición. Las técnicas y los materiales utilizados hacen que el producto final sea un producto artesano, de alta calidad, muy alejado de la producción en serie e industrial. El modelo empresarial de producción propia consta de un taller situado en el municipio catalán de Viladomiu Vell y un showroom en la ciudad de Barcelona.

Pertenece al Gremio Artesano Textil de Cataluña y al Gremio de Colchoneros, además de su reconocimiento como artesanos culturales y profesionales por su uso de técnicas tradicionales del siglo XIV adaptadas a las necesidades de nuestros tiempos. Ecomatalasser ofrece todo tipo de piezas textiles de cama: colchones, almohadas y complementos como pufs, mantas, edredones, sábanas, sobre y bajo-colchones; además de somieres de madera.

Su discurso es que la industria actual sólo mira para crear productos en masa, sin tener en cuenta los materiales o fibras naturales del entorno próximo. Si buscamos ser coherentes con nuestra salud y nuestro medio ambiente, aportando valor a la economía local y rural, debemos apostar por una relajación natural y ecológica. Además, todos estos materiales resultan beneficiosos para la relajación muscular, la circulación sanguínea, el insomnio, el estrés…

Elaboran las piezas de descanso con sus manos con fibras y materiales del entorno natural que nuestros antepasados ya utilizaban. Emplean materiales naturales como lana ecológica, algodón, lino, cáñamo, bambú, miraguano, cáscaras de cereales, yute, fibra de coco, látex naturales, aceite de soja, esparto, conchas y un largo número de plantas aromáticas (lavanda, artemisa, flor de naranjo…) que ponen en el interior de sus piezas de descanso.

En su web especifican los materiales que conforman cada producto, como el colchón hecho con crin vegetal y trozos de hoja de palmera en su interior, cuya funda exterior está hecha a base de lino y algodón. El algodón es una fibra vegetal natural de gran importancia económica como materia prima para la fabricación de tejidos y prendas de vestir, por lo que resulta imprescindible asegurar su correcta producción. En Ecomatalasser se emplea algodón que proviene de la cooperativa Las Marismas de Sevilla, que lo cultiva siguiendo los criterios de producción integrada. Posteriormente, se teje en los telares de Cotó Roig en el municipio de Navarcles.

La márfega, un tipo de colchón muy delgado, está rellena con cáscaras de espelta ecológica, provenientes de una casa de payés llamada Cal Pauet, que practica la agricultura y ganadería ecológica, que se encuentra en el municipio de Ripoll. Estas cáscaras se adaptan al cuerpo gracias a su flexibilidad, proporcionando una correcta colocación de la columna vertebral a la vez que regulan la temperatura corporal.

Otro producto muy utilizado es la lana natural, proveniente también de Cal Pauet, que se selecciona de manera artesanal para que la fibra no sea demasiado larga y voluminosa. Posteriormente se esponja y reblandece para conferir a la pieza una textura acolchada. Dormir en un colchón de lana implica una  serie de beneficios positivos, ya que nos ofrece una regulación térmica óptima y gestiona la humedad de manera natural. Además, es naturalmente autoinmune a los ácaros y neutraliza las cargas electrostáticas.

Lo mismo pasa en el resto de productos, que al estar fabricados con materiales más naturales son más ecológicos, hipoalergénicos, transpirables y libres de olores artificiales. Tienen una vida útil mucho más larga que otros colchones de gama media o baja, por lo que contribuyen a no generar tantos residuos. Todos los materiales constan del sello GOTS (Global Organic Textile Standard) que certifica que el producto está hecho a base de fibras orgánicas, siendo la única de la guía de mobiliario ecológico en disponer de este sello.

Para los productos de madera, se emplea madera maciza de la variedad de pino de melis, que se caracteriza por una alta calidad y muy pocos nudos; y de haya, directamente sin nudos. Ambas se obtienen de bosques sostenibles y se les aplica un tratamiento natural como acabado. Se ofrece además la posibilidad de evitar cualquier tipo de pieza metálica, eliminando los tornillos de la ecuación en un coherente proceso de rechazo a los tóxicos en el ambiente interior, ya que no tiene sentido emplear un somier saludable y luego colocar ropa de cama artificial ni al revés.

Sin embargo, es cierto que al no añadir pesticidas los productos ecológicos quedan desprotegidos ante microorganismos patógenos, mocrotoxinas o algún insecto. Un colchón de lana tiene una larga vida útil, pero es necesario un mantenimiento y limpieza, servicio que Ecomatalasser ofrece por toda Cataluña.

Siguiendo los principios de la economía circular, el proceso de mantenimiento consiste en ‘hacer y rehacer’ el colchón, descosiendo y vaciando la vana para evitar comprar un colchón nuevo. La funda se lava con jabón natural, mientras que la lana se espolvorea con métodos tradicionales. Además, el usuario deberá girar el colchón un total de 4 veces al año, de derecha a izquierda y de pies a cabeza, teniendo en cuenta que algunos colchones tienen una cara de verano y una de invierno.

9. Futonlit

 

 

Futonlit es una empresa de muebles ecológicos emplazada en Barcelona que desde 1988 se dedica a la comercialización de muebles, complementos de decoración japonesa y a la confección artesanal del futón, el colchón tradicional japonés.

Fabrican e importan una extensa gama de camas, tarimas de tatami y convertibles sofá-cama, diseñadas para ofrecer una estética atractiva, sobria y funcional. También disponen de un amplio surtido de productos de decoración japonesa: armarios, lámparas, biombos, mesitas, edredones, telas pintadas a mano, cojines, fundas nórdicas…

En la actualidad uno de sus productos de mayor éxito es el futón-látex, la versión occidental del futón clásico, que combina las cualidades naturales del algodón con la elasticidad, el confort y la durabilidad de látex natural.

La madera empleada es madera maciza de primera calidad procedente de plantaciones sostenibles respetuosas con el medio ambiente del norte de Europa, de las variedades de abeto cinius, haya y pino escandinavo. Por ejemplo, las puertas correderas japonesas llamadas Shoji hechas con madera de haya se combinan con el tradicional pero delicado papel de arroz; que puede substituirse por una tela de algodón crudo, más resistente, económica y fácil de reemplazar.  Además, para prevenir la aparición de electricidad estática y el uso de materiales no ecológicos, se evita el uso de herrajes metálicos (magnetic free).

Los materiales textiles que se emplean son 100% fibras naturales: el algodón puro, el látex natural, la fibra de coco y la caña de arroz prensada. El futón tradicional de algodón 100% está confeccionado a mano con capas de algodón puro superpuestas y fijadas mediante un sistema de cosido especial que evita que el algodón se desplace o deforme. Al ser natural, requiere algunos cuidados básicos, como airearlo con regularidad, darle la vuelta de vez en cuando a fin de que el algodón no se apelmace y situarlo sobre una superficie firme que permita la circulación del aire. Esta superficie puede ser un suelo tradicional japonés hecho a base de caña de arroz prensada, que además de permitir una perfecta transpiración es un excelente aislante.

El Cocomat constituye la nueva generación del futón, ya que combina las propiedades de tres fibras naturales: la suavidad del algodón, el punto de elasticidad del propio del látex natural y dos capas de fibra de coco para aportar firmeza; todo ello recubierto por una loneta de algodón 100%.No requiere ningún tipo de mantenimiento, no se apelmaza con el uso y no transmite ningún movimiento de un lado a otro del colchón.

10. Astigarraga Kit Line

 

 

Astigarraga Kit Line es una empresa de muebles ecológicos del País Vasco que distribuye a nivel nacional a través de tiendas convencionales como Leroy Merlin, Bauhaus o marketplace online como Mano a mano y a nivel europeo a los siguientes países: Alemania, Francia, Portugal, Italia y Grecia. Además, recientemente han abierto una plataforma online para vender sus productos directamente al consumidor. Ofrecen todo tipo de productos del hogar: estanterías, zapateros, cajas y cajoneras, muebles auxiliares, botelleros, y son un verdadero referente en caballetes y tableros.

Su fundador, Juan José Astigarraga, fue forestalista desde 1950 y tiene una estrecha vinculación personal con los bosques del valle guipuzcoano de Urola, así como su hija y socia Itziar. Por eso, su objetivo es garantizar todas las fases de producción, contando con la naturaleza local para integrar el entorno en sus procesos.

Así, un hecho distintivo de esta empresa de muebles ecológicos es que controlan todos los pasos de transformación de la materia prima hasta el producto a comercializar, siempre en estrecha relación con empresas locales de tala y serrería. Disponen de un taller de producción propia donde llegan los troncos seleccionados en su momento óptimo de crecimiento, provenientes de la tala selectiva y controlada de bosques de pino de la variedad Insignis, también conocido como pino Radiata. Cuando los pinos tienen entre 30 y 35 años de edad, su fase más madura, se extrae la madera, un proceso complementado con un férreo compromiso de reforestación del 100%.

Se trata de bosques locales situados en la misma comunidad autónoma, por lo que se evita el transporte. Además, estos están certificados con el sello PEFC. También disponen de la etiqueta EU Ecolabel que otorga la Unión Europea en el caso de los caballetes, que además de criterios de sostenibilidad estrictos valora el desarrollo de productos duraderos, fáciles de reparar y reciclar, siguiendo los principios de la economía circular.

En su taller inician la transformación de esta madera maciza para obtener tablas uniformes y listas para mecanizar. Basándose en el reaprovechamiento absoluto de la materia prima, la corteza se emplea como biomasa para generar energía y el serrín y las astillas se destinan a las papeleras.

Los troncos convertidos en tablas llegan al taller con una humedad del 90%, por lo que no es posible mecanizarla, ya que debe estar seca para su uso. Para ello, se inicia un proceso de secado prácticamente natural que consiste en su apilado al aire libre durante 4 meses, donde la exposición de las tablas ya cortadas a la intemperie rebaja su humedad hasta un 20%.

Posteriormente, se aplica un breve secado industrial que consiste en hacer circular aire caliente alrededor de las piezas, todo gracias a la energía generada mediante biomasa promoviendo la autosuficiencia energética. De este modo la humedad resultante de alrededor del 12% permite iniciar el proceso de conformación de los tablones en producto final.

Finalmente, teniendo en cuenta la salud de los usuarios y para evitar la presencia de tóxicos proveniente de los acabados, los muebles ecológicos comercializados constan de un acabado totalmente natural sin ningún aceite ni barniz.