Salud y biohabitabilidad

Diseño de una casa para una persona con sensibilidad química múltiple

Queremos compartir con vosotros algunos consejos para el diseño de una casa para una persona con sensibilidad química múltiple.
Publicado el 20 mayo 2016

Hace unos meses llegó al estudio una clienta afectada con sensibilidad química múltiple (SQM), una afección que provoca a los que lo padecen síntomas como dolores de cabeza o cansancio y que es producida por una alta sensibilidad a los químicos y tóxicos del ambiente y de los materiales.

El diseño de una casa para una persona con sensibilidad química múltiple (SQM) requiere la eliminación radical de todas las substancias químicas que forman parte de nuestra vida cotidiana presentes en gran cantidad de elementos, desde productos de higiene personal hasta pinturas interiores de nuestro hogar.

Pero antes de entrar en los factores de diseño, veamos en detalle en qué consiste esta afectación.

¿En qué consiste la sensibilidad química múltiple?

 

Las personas con SQM reaccionan ante cantidades mínimas de cualquiera de las múltiples substancias químicas del entorno, con síntomas que van des de la falta de concentración o memoria hasta dolores de cabeza, vómitos o taquicardias.

La sensibilidad química múltiple va muy ligada a la fibromialgia (FM) y el síndrome de fatiga crónica (FC), por ello las personas que, como nuestra clienta, padecen una de ellas acostumbran a sufrir también las otras dos.

¿Por qué prestar especial atención al diseño de una casa para una persona con sensibilidad química múltiple?

Aunque la sensación general es que se trata de una enfermedad minoritaria, la realidad es que alrededor de 7 a 10 por ciento de la población mundial padece SQM y, por tanto, cada vez adquiere más relevancia el diseño de espacios libres de tóxicos y mediante materiales y estrategias que garanticen la creación de un entorno saludable.

Las personas con SQM se auto-denominan los “canarios de la mina” ya que ellos son los primeros en detectar y manifestar síntomas ante la más mínima presencia de un producto tóxico para los seres humanos, al igual que los canarios hacían antiguamente para detectar antes que los mineros una baja cantidad de oxigeno o una presencia demasiado alta de un tóxico en el ambiente.

Así, una persona con SQM puede detectar que se ha limpiado la casa con productos tóxicos o que una determinada pintura contiene Compuestos Orgánicos Volátiles (COV’s) por su sensación de malestar al entrar en una vivienda.

 

4 Factores a considerar en el diseño de una casa para una persona con sensibilidad química múltiple

 

#1 Alteraciones geofísicas

 

Las alteraciones geofísicas son el conjunto de anomalías que presenta un terreno como consecuencia de las radiaciones y energías terrestres y cósmicas de origen natural o artificial.

Tienen mucha importancia puesto que se encuentran en el propio terreno por tanto, como podéis imaginar, la compra de un solar para construir una casa ya es una primera decisión en la que podéis empezar a diseñar un hogar saludable y libre de tóxicos.

Las alteraciones geofísicas más frecuentes y conflictivas son la presencia de fallas geológicas, capas freáticas donde discurren corrientes de agua, emanaciones de gas radón, campos electromagnéticos producidos por redes eléctricas y transformadores o estaciones de telefonía móvil.

 

¿Cómo podemos detectar las geopatías de un terreno?

Para aseguraros de que situamos la construcción en el lugar más apropiado del terreno, además de estudiar las características geográficas y climatológicas del lugar es imprescindible contactar con un experto para realizar un estudio geobiológico del lugar.

De este modo tendréis una herramienta esencial para diseñar una casa libre de patologías, sobre todo si se trata del diseño de una casa para una persona con sensibilidad química múltiple.

Un estudio geobiológico no solo detecta fallas y corrientes de agua subterránea, sino que además localiza las redes energéticas de la Tierra, entramados de redes funcionan como canales de circulación de la energía entre polos y que han sido estudiadas y detectadas a nivel científico.

Actualmente los estudios geobiológicos permiten detectar tres entramados que se superponen a modo de múltiplos y submúltiplos cada 2, 8 o 40 metros. Se trata de las líneas Hartmann y Curry de las que ya os he hablado en anteriores artículos y sus afectaciones son principalmente importantes cuando se sitúa una zona de descanso como una cama o un sofá sobre un cruce de las mismas.

Con frecuencia llegan clientes al despacho que nos comentan que no descansan bien por las noches o que se levantan con dolores de cabeza o similares.

Tras llamar al geobiólogo y analizar la presencia de redes energéticas en sus viviendas, el resultado deriva en que tienen colocada la cama u otros lugares en los que pasan mucho tiempo en puntos de intersección de líneas Hartmann o Curry.

En cualquier caso, es muy recomendable prestar especial atención a:

 

– Localización de terrenos que presenten aguas subterráneas, fallas geológicas, fisuras o grandes masas minerales de tipo ferromagnético.

– Situar la vivienda lo más lejos posible de puntos emisores de radiaciones electromagnéticas, ionizantes o gases tóxicos.

 

#2 Contaminación electromagnética

 

Los campos electromagnéticos tienen un alto impacto en nuestro equilibrio biológico, se trata de una contaminación que no vemos ni olemos pero que nos afecta a nivel celular.

Por ello es tan importante tener en cuenta estos aspectos en el momento de diseñar una casa, puesto que pequeñas decisiones pueden repercutir en nuestro descanso o estado de salud.

 

¿Cómo combatir la contaminación electromagnética?

Para mantenernos al margen de este tipo de contaminación es importante reducir la exposición a redes electromagnéticas o radioeléctricas.

Nos ayudará elegir una ubicación lejos de las líneas de alta tensión, las antenas de telefonía móvil y los transformadores, así como potenciar el cableado de las conexiones a internet, reduciendo las conexiones WIFI.

Este aspecto toma especial importancia con las personas que padecen electrosensibilidad, una enfermedad que genera un conjunto de síntomas perjudiciales para nuestra salud al encontrarnos expuestos a una gran cantidad de aparatos eléctricos.

 

#3 Materiales de construcción y acabados

 

La elección de unos materiales de construcción apropiados es un paso esencial en el diseño de una casa para una persona con sensibilidad química múltiple.

Existen una gran cantidad de materiales tóxicos que se emplean de forma habitual en la construcción por su coste reducido o por intereses comerciales.

Algunos de los materiales que debemos evitar son el cemento – ya que suele contener materiales pesados como el zinc o el cromo -, las pinturas y barnices derivados del petróleo – puesto que emanan componentes tóxicos volátiles (COV’S) como el xileno – o los elementos de PVC, un compuesto altamente tóxico especialmente durante su proceso de fabricación.

Además, una gran cantidad de materiales y tejidos empleados en la construcción y en el mobiliario de una vivienda contienen formaldehído, una substancia tóxica que está catalogada como cancerígena y que penetra en nuestro organismo por las vías respiratorias.

¿Qué alternativas saludables existen?

Las alternativas son muchas y se basan en construir una casa con materiales naturales y sanos, por ello, os proponemos una lista de materiales ecológicos, saludables, que se pueden utilizar en el diseño de una vivienda sana:

 

– Para la estructura: piedra, madera (cuidado con los tratamientos ignífugos), bloques y ladrillos de cerámica, tierra (adobe, tapial, bloques de tierra comprimida).

– Para los aislamientos: corcho, celulosa, fibra vegetales (cáñamo, madera, lino, fibra de coco, paja y algodón).

– Para paramentos exteriores e interiores: morteros de cal, yesos naturales, arcillas y acabados de madera natural.

– Para ventanas y puertas: madera tratada con productos naturales y provenientes de talas controladas.

– Para pinturas y barnices: pinturas al silicato, barnices naturales como aceites, transpirables y que no emitan gases tóxicos.

 

#4 Calidad del aire interior

 

Para acabar, remarcar que el aire interior de nuestra vivienda puede estar más contaminado que el exterior, debido a la poca ventilación y a la acumulación de tóxicos provenientes de productos de higiene o limpieza, junto con los materiales de construcción y el mobiliario interior.

 

¿Cómo podemos asegurar una buena calidad el aire interior?

Para garantizar la calidad del aire interior es imprescindible plantear un diseño que priorice la ventilación natural y cruzada (que permita el paso de aire entre dos fachadas distintas para generar una corriente natural) en las estancias. Además, esta ventilación cruzada se puede complementar con algunas de las acciones que os presentamos a continuación:

 

– Purificar el aire mediante un dispositivo que presente un filtro de partículas HEPA (polen, polvo, moho y partículas de procedencia animal) y un filtro de carbón activo (substancias químicas y olores).

– Utilizar mantas de carbón activo para absorber los vapores tóxicos y los olores contaminantes.

– Emplear deshumidificadores para regular la humedad del ambiente y evitar la aparición de moho, junto con un diseño que priorice la ventilación natural de la vivienda.

– Distribuir bolsas de zeolita por la vivienda, ya que se trata de un mineral que absorbe los compuestos orgánicos volátiles (formaldehído o azufre) y los olores procedentes de productos químicos (perfumes o limpieza).

– Utilizar plantas de interior ya que no sólo contribuyen a mejorar la humedad ambiental sino que muchas son capaces de absorber sustancias contaminantes del ambiente.

 

Esperamos que estas pautas os resulten útiles en el diseño de una casa para una persona con sensibilidad química múltiple y, aunque no estéis afectados por SQM, tengáis claros los conceptos clave para diseñar una casa sana libre de tóxicos.

Como siempre, si tenéis cualquier duda ¡no dudéis en contactarnos y os atenderemos encantados y sin ningún compromiso!