Salud y biohabitabilidad
Construir una casa sana

Por lo general las personas pasamos, como media, el 90% de nuestro tiempo en espacios interiores, hoy os explicaremos a fondo qué supone pasar tanto tiempo en espacios interiores y cómo construir una casa sana para que éstos no mermen nuestra salud y bienestar.
A pesar de que cada vez se controlan más los ambientes de los espacios cerrados, ya sea nuestra casa, la escuela, el trabajo, una cafetería…
Debemos ser conscientes de que algunos de estos ambientes pueden estar contaminados por distintos motivos, perjudicando o poniendo en riesgo nuestra salud.
En esos términos, hay que tener en cuenta que no es solo un único factor el que puede reducir nuestro bienestar o incluso afectar sobre nuestra condición física, sino que es la combinación de múltiples causas y en un período prolongado de estancia en espacios insalubres lo que puede afectar negativamente a nuestro organismo.
Posiblemente los ambientes públicos estarán ajenos a nuestro control, pero nuestra vivienda es algo sobre lo que podemos decidir plenamente, por ello hoy nos centramos en las estrategias básicas a seguir para construir una casa sana.
Construir una casa sana no es fácil pero, si se consigue, podemos asegurar que por lo menos en casa dispondremos de un ambiente saludable que no perjudique nuestro estado de salud.
No hay que ir muy lejos tampoco, en la misma alimentación, buscamos siempre productos naturales y libres de tóxicos, nuestro hogar también puede estar construido con materiales que cumplan estos requisitos y que, acompañados por un buen diseño espacial consigan un ambiente interior adecuado para la salud de todos sus ocupantes.
A continuación, profundizaremos un poco más en definir que es una casa sana o saludable, los motivos que deberían convencernos de construir una vivienda de este tipo y finalmente qué deberíamos hacer para construir una casa sana.
¿Qué es una casa sana?
Para construir una casa sana, debemos tener claro qué estamos construyendo exactamente.
Una casa sana es básicamente aquella que ofrece un ambiente interior sano, que no perjudique la salud de sus habitantes y que respete además el medio ambiente en la medida de lo posible. Debe ser sana para todo ser vivo y el planeta.
El ambiente interior viene determinado tanto por los materiales existentes como por los métodos de construcción utilizados. Éste determina, además, la calidad de vida en el interior del edificio o vivienda y sus efectos biológicos.
Cuando construimos una casa sana deberemos tener muy en cuanta el ambiente interior para que este sea sano y humano.
Asegurar un clima idóneo será positivo a nivel de rendimiento y para la salud de sus ocupantes. Numerosos estudios han demostrado que el grado de satisfacción, bienestar y buen ambiente de trabajo o estudio son directamente vinculados a un clima o ambiente interior sano.
Existe el concepto de síndrome del edificio enfermo, definido por la Organización Mundial de la Salud cómo “el conjunto de enfermedades originadas o estimuladas por la contaminación del aire en espacios cerrados”.
Precisamente esto es lo que se quiere evitar al construir una casa sana, que además se ve respaldada con mejoras que incluye día a día la normativa en materia de construcción y protección de la salud humana.
Una casa sana deberá tratar minuciosamente varios aspectos que desarrollaremos más adelante:
– El clima interior, determinado por el aire, temperatura, humedad y electroclima.
– Los factores externos que puedan intervenir sobre las condiciones del ambiente interior.
– Los materiales, siempre buscando que sean de origen natural y libre de tóxicos para construir una casa sana.
¿Por qué construir una casa sana?
Construir una casa sana, puede parecer algo un tanto idealista, pero de verdad que es algo muy importante para preservar o contribuir a preservar la salud de todo el que habite en sus ambientes.
Es sabido que los edificios que no cumplen los requisitos de una casa sana, han propiciado efectos negativos como: resfriados, asma, dificultades respiratorias, inflamaciones oculares, dolores de cabeza y un largo etcétera de consecuencias en las personas que habitan, trabajan o simplemente están en ellos.
En cambio, siendo rigurosos con el clima, ambiente y materiales utilizados al construir una casa sana, podemos evitar estos efectos negativos e incluso convertirlos en positivos.
El mismo ambiente saludable puede ayudarnos a mejorar la salud tanto física como psíquicamente, regular el metabolismo, fortalecer el sistema inmunitario, ofrecernos comodidad, buen ambiente, capacidad de concentración y disposición al trabajo, entre otros.
¿Cómo construir una casa sana?
Para construir una casa sana, debemos fijarnos en diferentes agentes que condicionaran el ambiente interior de la misma.
Es vital que conozcamos bien el clima del lugar donde vamos a construir una casa sana ya que éste determina las condiciones meteorológicas bajo las que vamos a vivir.
Insolación, reflexión térmica del suelo, la humedad, vientos, presión atmosférica, concentración de polvo y CO2 etc., son factores determinantes que condicionaran las características de nuestra casa y por lo tanto; son elementos básicos que deberemos conocer para construir una casa sana correctamente.
Entendemos, pues, que para construir una casa sana, en primer lugar deberemos asegurar que la atmosfera interior de la vivienda sea la adecuada. Los facotres que determinaran si eso se da o no, son: el aire, la temperatura, la humedad y el electroclima.
Además, los materiales y métodos de construcción, instalaciones, mobiliario y entorno residencial son otros factores que contribuirán – o perjudicaran – nuestra salud, si no los tenemos en cuenta al construir una casa sana.
1. Calidad del aire
La calidad del aire es el primero de los cuatro factores que vamos a tratar.
El aire del ambiente interior ideal, si queremos construir una casa sana, tiene que ser un aire fresco, cuya composición mantenga un buen equilibrio entre oxígeno (21%) y dióxido de carbono (CO2).
En realidad, un exceso de CO2 en el aire es señal de que hay una mala ventilación y renovación de aire diaria.
En el aire se acumulan además partículas de polvo, hongos, bacterias y alérgenos que deberemos evitar a toda costa ya que suponen un riesgo para las personas en cuanto a la salud de las vías respiratorias, pulmones y el aparato respiratorio en general.
De esto podemos extraer que, para construir una casa sana, es vital que aseguremos una correcta ventilación y renovación del aire viciado mediante corrientes de aire.
Finalmente, una buena ventilación también puede ayudarnos a evitar los malos olores y a regular la humedad atmosférica interior, causa principal de hongos i moho.
2. Temperatura
Para las personas, el confort térmico en los ambientes interiores es muy importante. Por ejemplo, un exceso de frío puede poner en riesgo nuestro sistema y causarnos los típicos catarros, dolor de garganta, dolores de cabeza etc.
Además, la comodidad y confort que ofrece un ambiente temperado, hará que nos sintamos más a gusto y podamos descansar, concentrarnos, y vivir de una forma mas agradable.
La sensación de confort térmico de las personas viene determinada por la temperatura atmosférica, la temperatura superficial, la fuente de calor, el movimiento del aire, corrientes y la humedad atmosférica.
Cada persona tiene una sensación de calor distinta ya que es algo que varia de un individuo a otro.
Así pues, la temperatura óptima para generar un ambiente interior óptimo es algo muy relativo, ya que depende de las temperaturas superficiales de los parámetros cercanos, la sensación de cada uno, la vestimenta, el tipo de actividad que se desempeña y las posibles corrientes de aire existentes.
A pesar de ello, se puede establecer un ideal entre 20 y 24ºC (ampliable a 17 – 27ºC), entendiendo que en verano estaremos en un ambiente más fresco que en el exterior, mientras que en invierno sentiríamos más calidez.
Como conclusión, para construir una casa sana deberemos pensar en el diseño y ubicación de aberturas que permitan ventilar, así como asegurar un buen aislamiento para que el rendimiento de los sistemas de calefacción pasivos y sostenibles sea el adecuado.
Sabiendo que las personas tienen necesidades térmicas distintas, la posibilidad de regular la temperatura rápidamente es importante.
También lo es el plantear diferentes ambientes (es decir distintas temperaturas) según la actividad que se desarrolle en cada espacio de la casa.
Una temperatura demasiado baja o demasiado alta reduce el confort y provoca a la larga problemas de salud.
3. Humedad
Aunque pueda parecer menos relevante que factores como la calidad del aire o la temperatura, la humedad es un tercer factor muy importante y con una alta repercusión en el confort interior.
La humedad atmosférica relativa está influida principalmente por la temperatura del aire interior, el tipo de calefacción que usemos, la intensidad de la ventilación, los materiales de construcción, el numero de personas que ocupan la casa así como los presentes en las estancias y finalmente controlar las fuentes de humedad como plantas, cocina, ducha etc.
Cuando pensamos en construir una casa sana, tendremos pues que controlar estos factores directamente relacionados con la humedad atmosférica interior. Para que esta sea saludable deberemos:
– Asegurar una humedad relativa media entre el 40 y 60%
– Evitar excesos de humedad atmosférica, es decir; no sobrepasar el 60% recomendado ya que el aire húmedo produce sensación de fatiga, genera malos olores y favorece el crecimiento de parásitos y microorganismos domésticos insalubres (moho, hongos, bacterias etc.).
Éstos, además de ser perjudiciales para la salud, pueden poner en riesgo o dañar partes del edificio.
– Reducir la concentración de polvo empleando materiales que por sí mismos no generen ni acumulen polvo (alfombras, moquetas…)
– Utilizar materiales con propiedades higroscópicas (no propensos a cargarse electrostáticamente).
– Optar por la calefacción radiante ya que es un sistema que consigue mejor confort a temperaturas más bajas.
– Optimizar la ventilación de acuerdo con la demanda real de aire fresco a cada momento y época concreta del año.
Para acabar, no recomendamos el uso de humidificadores ya que, aunque pueda parecer contradictorio, son aparatos que pueden favorecer el desarrollo de gérmenes e incrementan el consumo de electricidad, generan ruidos y pueden crear campos electromagnéticos invisibles muy perjudiciales para la salud.
4. Electroclima
El último de los factores a tratar es el electroclima.
Éste concepto se entiende desde la biohabitabilidad como un ambiente libre de campos eléctricos o magnéticos alternos y continuos, sin ondas electromagnéticas ni elementos de alta ionización, es decir, alta carga electroestática.
Los avances tecnológicos han propiciado que cada vez instalemos en casa sistemas que funcionan por ondas, ya sea mediante las emisiones de los teléfonos inalámbricos, teléfonos móviles, wifi, como también en electrodomésticos como microondas, aparatos para escuchar bebes etc.
La exposición prolongada a estas ondas puede ser muy perjudicial para la salud humana ya que, aunque no nos demos cuenta, están permanentemente irradiando sobre nosotros. Pueden provocar dolores de cabeza, migrañas, nàuseas e incluso otras enfermedades mas graves.
Los escépticos dirán que por un poco no pasa nada, pero ¿cuánto es poco? Tenemos distintas referencias de normativas a nivel nacional, europeo o de instituciones globales como la OMS, cada una establece sus límites de referencia pero lo cierto es que no son más que suposiciones sin comprobación científica ya que las pruebas de irradiación no se efectúan sobre personas ni tan solo sobre animales.
Ante la duda, nosotros somos partidarios de aplicar el principio de precaución y basarnos en las referencias que nos da la naturaleza, si medidos los campos electromagnéticos, la radiación de alta y baja frecuencia o la radiación ionizante en el medio de un bosque del Pirineo veremos que los valores –si no hay ninguna estación o emisión cercana- tienden a cero.
Para nosotros este es el límite coherente, el que tiene a cero y no disturba el entorno natural y así es como queremos que sean las casas que diseñamos. De hecho a la mayoría de nuestros clientes les ayudamos a valorar las radiaciones y campos cercanos incluso antes de la compra de un terreno.
Ahora ya queda un poco mas claro los aspectos básicos a tener en cuenta si queréis construir una casa sana.
En nuestro despacho Slow Studio, siempre proyectamos siguiendo estas pautas para cuidar la salud de las personas que vivirán en las casas que construimos.
Que nuestros clientes estén a gusto y tranquilos en su hogar 100% sano, es una de nuestros principales objetivos.
Siempre hablamos de ecología y sostenibilidad pero la persona es el usuario más importante que no podemos olvidar y por ello pensamos en construir una casa sana antes de todo.
No dudéis en contactar con nosotros si tenéis cualquier duda o si necesitáis orientación en cuanto a como construir una casa sana.