Proceso de diseño

¡Quiero una casa ecológica!

¿Cuáles son las posibilidades de una casa ecológica? ¿Qué pasos debo seguir? Es una cuestión de tiempo y compromiso, empezando por estar bien informados sobre las posibilidades que disponemos.
Publicado el 03 noviembre 2015

La pasada semana recibimos a unos nuevos clientes en el estudio por primera vez y aunque la mayoría de nuestros clientes llegan buscando una arquitectura consciente, ecológica y sana esta vez me sorprendió la rotundidad con la que llegaron e introdujeron la conversación:

 

«Hemos venido porque queremos una casa ecológica»

 

Así de claro y sencillo es el paso inicial, que se convertirá, si todo va bien, en uno o dos años de trabajo. Tiempo en el que todos juntos, arquitectos y clientes nos implicamos al máximo para en definitiva, hacer realidad un sueño.

Pero esta idea tan sencilla tiene muchos matices que llevan a que lo que un cliente entiende por «quiero una casa ecológica» diste mucho de uno a otro.

Así, nuestro trabajo empieza por entender hasta que punto están implicados nuestros clientes, en definitiva, saber hasta dónde quieren llegar para diseñar un proyecto a la medida de sus necesidades.

Y ¿qué significa esto? ¿Cuáles son las posibilidades de una casa ecológica?

 

Bien, las posibilidades son muchas, si quiero una casa ecológica puedo referirme tan solo a que quiero ahorrar energía, un campo en el que podemos construir desde una casa que genera más energía de la que consume hasta una casa que incorpora sistemas domóticos inteligentes que gestionan de forma eficiente todo el hogar. Podemos hablar de recoger agua de lluvia y llegar a desconectarnos de la red general o incluso realizar una instalación geotérmica subterránea que nos permite utilizar el calor del subsuelo para calefactar nuestro hogar.

Las posibilidades son ilimitadas y en un primer momento nuestro trabajo consiste en averiguar hasta donde quiere llegar nuestro cliente.

Una cuestión de presupuesto

 

Aquí es donde se fijan las limitaciones, cuando alguien llega a la conclusión de «quiero una casa ecológica» esta claro que se trata de alguien con una consciencia distinta ante la vida y que apostaría probablemente por el máximo que podamos ofrecer.

Sin embargo, muchas veces la limitación de presupuesto va a ser determinante para ver hasta donde podemos llegar.

Para nosotros, el máximo deseable seria construir una casa pasiva, que no solo cumple con todos los requisitos de eficiencia, sino que además es una casa saludable cuyo aire interior dispone durante todo el año de mejores condiciones que el exterior.

Sin embargo, la decisión de construir una casa pasiva con materiales naturales libres de tóxicos y contaminantes va a incrementar el coste de nuestra vivienda entre un 20 y 30% y esto normalmente va a ser a costa de reducir metros o comodidades. A menos metros, menos presupuesto.

Esto lo decimos porque normalmente los clientes llegan al estudio con un número claro en mente, un presupuesto máximo del que no quieren pasar y decirle a alguien que con el mismo dinero que tenia previsto para construir su casa va a construir menos metros de los que pensaba para poder destinar una parte del dinero a convertirla en ecológica es cuando se prueba su compromiso con su planteamiento inicial de querer construir una casa ecológica.

 

 

Una cuestión de tiempo

 

La segunda limitación con la que nos vamos a encontrar es la capacidad de dedicación del propietario.

Una casa pasiva requiere una cierta dedicación y mantenimiento de los sistemas que la mantienen funcionando con consumo prácticamente nulo de energía, así que la persona que la habita debe realizar un mínimo control y puesta a punto de los mismos.

Así, lo ideal en este tipo de casas, a no ser que estén totalmente domotizadas, es que un integrante de la familia sea algo curioso y conozca todos los sistemas e instalaciones ecológicas de su casa para poder realizar un control y mantenimiento.

Por ejemplo, si decidimos desconectarnos de la red municipal de suministro de agua e instalamos un wáter seco, deberemos mantener el depósito en buen estado para que los procesos de descomposición natural hagan efecto.

Si decidimos instalar placas solares, deberemos controlar su rendimiento y realizar una limpieza de la superficie de forma habitual.

 

Una cuestión de compromiso

 

Por último, si quiero construir una casa ecológica voy a necesitar un cierto nivel de compromiso con mi proyecto.

Durante el proceso de diseño iremos encontrando alternativas y se deberán tomar muchas decisiones en las que deberemos implicarnos de forma activa.

Por ejemplo, los aislamientos naturales suelen ser alrededor de un 10% mas caros que los aislamientos convencionales. ¿Estamos dispuestos a asumir este sobrecoste en pro de nuestra salud?

Otro ejemplo seria la longitud de las fachadas, una casa compacta almacena mucho mejor el calor. ¿Estamos dispuestos a aceptar un diseño más compacto para mejorar la eficiencia de nuestro hogar?

Como veis, si queremos construir una casa ecológica, nos enfrentaremos a un seguido de limitaciones y decisiones que van a poner a prueba nuestro compromiso inicial pero desde nuestra experiencia os podemos asegurar que se trata de una inversión que vais a rentabilizar desde el primer día ya que vais a empezar a vivir en un lugar sano, eficiente y natural que no solo garantiza vuestra salud y bienestar sino que aporta vuestro pequeño granito de arena a un problema, el de la ecología, a nivel global.

¡Os esperamos en el estudio para ponernos manos a la obra con vuestro sueño!