Interacción social
¿Qué es un Cohousing sénior?

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En artículos anteriores, os hemos hablado de lo qué es un Cohousing, un nuevo modelo de vida y vivienda en comunidad importado del norte de Europa y que cada vez está cogiendo más fuerza en nuestro país.
El cohousing en sí tiene innumerables formulas y cada grupo de familias debe encontrar la que mejor encaja con su ubicación, presupuesto y necesidades, en el artículo de hoy os hablamos del modelo de cohousing para personas de edad avanzada con total autonomía pero con ganas de compartir servicios y recursos en un mismo conjunto de viviendas, hoy os explicamos qué es un Cohousing sénior.
¿Qué es un Cohousing?
El término Cohousing en inglés se traduce como cooperativa de vivienda y consiste en un modelo alternativo al desarrollo urbano que conocemos basado en la autogestión y comunidad. De este modo, se consigue solucionar la problemática de acceso a la vivienda que vivimos hoy en día en las grandes ciudades, a la vez que se mejora la calidad de vida de sus usuarios a través de su interrelación.
Su origen empieza en Dinamarca en los años ’60, país donde actualmente representa un 10% del parque inmobiliario, y desde entonces sus variantes de promoción, gestión y organización han sido innumerables. A grandes rasgos, consiste en un modelo colectivo y sin ánimo de lucro en el que una serie de personas se unen para conseguir un terreno y autopromocionar su futuro hogar, consiguiendo un piso más asequible al expulsar las inmobiliarias y la especulación de la ecuación.
El modelo suele constituirse como cooperativa y engloba los llamados ‘socios habitantes’ que formarán una comunidad de manera consciente, basada en una afinidad inicial que añadirán etiquetas más concretas al proyecto. Los usuarios lideraran la toma de decisiones durante todo el proceso del proyecto, con la intención de poner las personas y sus necesidades en el centro mediante la colectivización de ciertos espacios y servicios.
¿Qué es un Cohousing sénior?
Una de estas etiquetas o subgrupos que mencionábamos sería la de la afinidad a partir de un perfil vital como es la tercera edad o grupos de jubilados, que se materializaría en el llamado Cohousing sénior.
La asociación catalana Sostre Cívic lidera distintos proyectos de Cohousing sénior, sobre el cual destaca 5 características positivas: su diseño pensado para mejorar la vida de los que viven y su entorno; su viabilidad económica; su respeto por la individualidad dentro de la colectividad; su intención de poner los cuidados en el centro; y su gestión colectiva y cooperativa.
Y es que uno de los impedimentos de acceso a un Cohousing muchas veces suele ser la inversión inicial necesaria y precisamente son los jubilados los que suelen estar en disposición de vender su vivienda habitual que en muchos casos ya no dispone de hipoteca pendiente e invertir el dinero en una vivienda de nueva construcción tipo Cohousing.
Poniendo en duda el modelo
En España no sólo existe un problema habitacional, ya que el modelo de vivienda se basa en desarrollos nada flexibles en el que nuestros vecinos acaban siendo una lotería y nuestras arquitecturas completamente aisladas.
Los seres humanos somos seres sociales, nuestra felicidad depende de la calidad de nuestras relaciones de familia y amigos, así que no tiene mucho sentido dejar las relaciones de nuestro entorno cotidiano en manos de los intereses de un promotor inmobiliario.
Este problema se extiende y se agudiza cuando llegamos a la tercera edad. La realidad de la pirámide demográfica española desde hace muchos años es de una bajísima natalidad, hasta el punto de calcularse para 2033 que 1 de cada 4 habitantes será mayor de 65 años.
Además, sumado a la dificultad de mantenimiento de esta realidad a nivel de políticas sociales y recaudación de pensiones, existe el problema de la soledad, que a día de hoy ya se remonta al 25% de personas de la tercera edad según un estudio publicado recientemente en la Revista Española de Geriatría.
El baremo de valoración de los grados de dependencia se divide en 3, y van desde una dependencia moderada en el que la persona tiene necesidades de apoyo intermitente; hasta la llamada gran dependencia, que son aquéllas con pérdida total de autonomía física, mental, intelectual o sensorial y que necesitan el apoyo continuo de otra persona.
Llegados a cierto grado de dependencia, las opciones de vivir la vejez hasta ahora son también muy reducidas: se puede continuar viviendo en el propio domicilio contratando una persona externa a tiempo completo o mudarse a vivir en casa de algún familiar o amigo que tenga disponibilidad para los cuidados; también existe la opción de mudarnos a un centro especializado de atención. Dentro de estos centros existen dos modelos: uno serían los pisos tutelados con servicios asociados y el otro el modelo de residencia geriátrica, el más común en nuestro país pero no por ello el que ofrece mayor calidad de vida.
El problema llega entonces a nivel económico debido a la falta de plazas públicas en residencias y al elevado precio de las misma tanto en el sector público como en el privado.
En el caso de Cataluña, existen 60.000 plazas de residencia, de las cuales 10.000 son públicas, 14.000 de iniciativa social y 36.000 privadas.
Teniendo en cuenta que la mayoría de plazas privadas excede el coste mensual de la pensión media ingresada por los jubilados, nos encontramos con la situación de que muchas familias deben hacer un esfuerzo conjunto entre hijos y padres para afrontar el coste de la residencia del familiar.
Origen e historia
No podemos responder a la pregunta qué es un Cohousing sénior sin remontarnos a sus orígenes. En España, el primer Cohousing sénior que se desarrolló abrió sus puertas en el año 2000 en la provincia de Málaga, bajo el nombre de Residencial Santa Clara. Con el lema ‘autogestiona tu futuro’, la cooperativa no se disolvió una vez construido el complejo y sentó las bases para futuros proyectos.
En el año 2013 ya habían aparecido cuatro proyectos más: Servimayor, Profuturo, Trabensol y La Muralleta, éste último en Cataluña.
En la actualidad, en España hay más de 40 proyectos que se encuentran en fase de desarrollo. Además, dentro del sector de la tercera edad se ha multiplicado la diversidad de perfiles, llegando a personas del colectivo LGTBI o con diversidad funcional.
Fruto de este bagaje, ha derivado un cambio en la normativa para dejar de tener que considerarlos residencias y poder generar servicios para acompañar y asesorar los grupos que surgen de Cohousing sénior.
Se trata de proyectos impulsados por usuarios que responden a una misma insatisfacción: no quieren depender de sus hijos ni quedarse aislados en su propia casa o en una residencia, aspiran a continuar siendo autónomos y decidiendo sobre la su propia vida.
Vivir la vejez en comunidad con autonomía
Pese a que pueda parecer contradictorio, en la necesidad de comunidad e interrelación social existe un lugar para la autonomía e intimidad, un encuentro que se resume en lo que es un Cohousing sénior. Este modelo supone un cambio social importante, una generación que se identifica con la conquista de la libertad.
Su lema es el gobierno de su propia vejez para que sea activa, ‘tenemos la voluntad de morir vivos’ nos dicen.
Se trata de un planteamiento que consiste en convertir la vivienda en un espacio de vida en común y no solo asistencial. Además, la calidad de la vida ya no está estrictamente relacionada con el número de m2 del espacio de vida privada, sino que se extiende a una categoría nueva entre público y privado: lo común.
Todo este modelo de convivencia que constituye lo que es un Cohousing sénior, se refleja en los distintos espacios físicos de la cooperativa, entre los que distinguimos en 3 tipos: los espacios de cuidado (habitaciones, atención sanitaria, guarderías), los espacios de tipo productivo (huertos, cocinas, taller…) y los espacios logísticos/de servicios (lavandería, habitaciones para invitados, crianza…).
A modo de ejemplo, a continuación se citan algunos de los servicios comunes que incluyen los distintos desarrollos de un Cohousing sénior:
– Espacios exteriores, con zonas de huertos y jardines comunitarios e individuales, que permiten acercar a los usuarios a la naturaleza.
– Habitaciones de invitados comunitarias, la cual cosa evita tener una habitación extra en cada unidad de vivienda
– Una lavandería comunitaria, que nuevamente haga más eficientes los gastos energéticos e incluso facilite el encuentro de los usuarios alrededor de las tareas cotidianas.
– Una zona de entrenamiento, gimnasio o sauna, que permite disponer de instalaciones profesionales y compañía que motiva a los usuarios a cuidar de su salud física y que puede disponer de entrenadores para la cooperativa.
– Comedor y cocina comunitarias, además de las privadas en cada unidad. El uso de estos espacios es muy variable en función del grupo que forma la cooperativa, desde cooperativas que comen y cenan cada día en comunidad, hasta cooperativas que celebran únicamente ciertos eventos conjuntos o incluso disponen de una sala que únicamente se utiliza por los usuarios del complejo cuando tienen invitados.
– Salas polivalentes, para desarrollar actividades intelectuales y lúdicas adecuadas a la 3ª edad o para reunirse y disfrutar de tiempo juntos.
– Un aparcamiento centralizado en el que se puede disponer de coches compartidos o estaciones de carga para vehículos eléctricos.
– Biblioteca y zona de ordenadores comunitaria, con fondo de libros entre todos los socios y en la que se puede recibir clases de informática. El hecho de disponer de equipos informáticos comunitarios permite a los usuarios compartir los gastos de estar al día de las últimas tecnologías compartiendo la inversión en los mismos, así como el mantenimiento técnico.
– Sala de fisioterapia y enfermería, con personal contratado comunitariamente.
Viabilidad urbanística, jurídica y legal
Pero, ¿cómo funciona el modelo económico de un Cohousing sénior?
En primer lugar, el mismo formato de autopromoción ya abarata muchísimo el proyecto, puesto que elimina el beneficio del promotor inmobiliario.
Normalmente, la forma de financiación en el caso de las cooperativas de vivienda suele ser pedir un crédito promotor, pero en el caso sénior pueden tratarse de los ahorros de toda una vida o la venta del inmueble habitual en caso que sea de propiedad, teniendo en cuenta que a mayor edad mayor capacidad adquisitiva.
Así pues, este sistema no especulativo y sin ánimo de lucro supone un punto intermedio entre el alquiler y la compra, inquilino y propietario, que se estructura en dos formatos de pago. El primero es el capital inicial, un pago retornable que se efectúa al entrar en el proyecto y sirve para asumir el coste de construcción del proyecto, pero que una vez nos vamos podremos recuperar, según las condiciones que establezca la cooperativa que suele ser una venta a un tercero no especulativa y que puede requerir la aprobación del resto de socios, esto es importante de tenerlo en cuenta en caso de que la gestión de la venta se lleve a cabo tras el fallecimiento del inquilino en el que son los herederos los que tendrán que gestionar el traspaso.
Paralelamente, existe una cuota mensual parecida a un precio de alquiler social y muy inferior a la mensualidad de una residencia convencional, que servirá para pagar el mantenimiento de los espacios e instalaciones, así como los suministros básicos y los servicios de cuidados.
Esta cuota mensual puede variar según si la inversión inicial de los inquilinos ha podido cubrir el total o no de la construcción, si hay parte de hipoteca pendiente entonces la cuota es mayor pero si el total de la construcción se ha podido financiar con ahorros propios entonces la cuota mensual puede ser similar a lo que cuesta mantener una vivienda convencional pero disponiendo de las ventajas de servicios comunes de cuidado que este tipo de desarrollos ofrecen.
Al tratarse normalmente de una cooperativa como forma jurídica, los usuarios deben constituirse como socios de esta para entrar en el proyecto. Existe el concepto de socio expectante, que es aquél que se apunta a la espera de que se libere una plaza que le permita entrar. En ocasiones, cuando el número de socios expectantes es suficientemente elevado, pueden llegar a ponerse de acuerdo y desarrollar su propio proyecto.
Qué es un Cohousing sénior ecológico
El modelo de Cohousing sénior ecológico es similar al que planteamos con las comunidades de vivienda ecológicas.
Pero exactamente ¿qué es un Cohousing sénior ecológico?
Mediante los sistemas de eficiencia energética, tanto sistemas de la arquitectura pasiva como sistemas activos como las energías renovables unidos a la acumulación y reciclaje de agua, podemos llegar a vivir en un edificio autosuficiente desconectado de la red.
En algunos ejemplos de cohousing en el norte de Europa incluso podemos llegar a encontrar comunidades que producen y consumen sus propios productos a través de huertos e incluso ganadería.
Paralelamente, la amortización de esta serie de instalaciones que evitan la hipoteca energética puede reducir en gran medida la cuota mensual, solo teniendo que invertir en el mantenimiento y en su caso, personal para cuidados, permitiendo al usuario disfrutar de una tercera edad de forma autónoma y con una elevada calidad de vida.
Un ejemplo de Cohousing sénior: Walden XXI
Quizá la mejor manera de entender qué es un Cohousing sénior es analizando un ejemplo pionero en Cataluña ubicado en la localidad de Sant Feliu de Guíxols.
Se trata del caso de Walden XXI, un desarrollo dirigido por la entidad cooperativa Sostre Cívic en modelo de cesión de uso.
Se trata de la rehabilitación del antiguo hotel Jecsalis mediante la reconversión de las 74 habitaciones del hotel en 27 apartamentos de unos 40-50 m2 para una o dos personas, donde se instalarán las 35 personas socias del proyecto. Estos apartamentos constan de una habitación, una pequeña cocina, una sala-comedor y un baño adaptado. Además, el 20% del edificio, unos 800 m2, se destinarán a servicios compartidos, como una biblioteca, una lavandería, salas polivalentes, sala de fisioterapia, enfermería; espacios comunitarios como un gran comedor y cocina colectivos, la biblioteca, la sala de ordenadores y la sala del silencio. El proyecto también contará con una sala abierta al pueblo, con la voluntad de implicarse en la vida asociativa del municipio.
Para hacer posible todo esto, el Ayuntamiento tuvo que modificar el POUM para acoger un proyecto de Cohousing sénior.
A nivel de gestión, la propiedad se basa en el modelo de cuotas que hemos descrito anteriormente, la cuota de entrada a la cooperativa y la cuota de uso mensual para garantizar el uso de la vivienda y de los espacios comunitarios, del que vamos a detallar los precios en éste caso concreto.
La compra del hotel supone una inversión de dos millones de euros, que se financiará con la aportación inicial de 40.000-45.000 euros que hará cada socio y a través de un crédito que también servirá para financiar las obras de reconversión del edificio. Esta cuota se retornará si un socio se va, mientras que si se muere pasara a la persona a la que corresponda la herencia, que también tendrá la opción de decidir si quiere sumarse a la comunidad, siempre y cuando resulte compatible con la filosofía del proyecto.
Paralelamente, se efectuará el pago de 750-850 euros mensuales por unidad de convivencia que corresponden a la liquidación del crédito, así como una cuota de mantenimiento de 600€ por persona para pagar suministros básicos y la aportación destinada a cuidados.
Modelos como Walden en Sant Feliu de Guixols son casos de éxito en los que una asociación de usuarios ha conseguido llevar a cabo un proyecto de gran envergadura con la ilusión y energía conjuntas de conseguir una mejor calidad de vida en compañía de otros jubilados y con cuidados asistenciales comparables a los que encontrarían en una residencia pero manteniendo su autonomía y privacidad con una vivienda propia adaptada a sus necesidades.
Sin duda, entender qué es un Cohousing sénior y saber cómo llevarlo a cabo es clave tanto para entidades públicas como organizaciones de usuarios, sin duda este será un modelo que está entrando con fuerza en nuestro país y que va a ser cada vez más común como alternativa de vida para nuestros mayores.