Proceso de diseño
¿Qué es una casa bioclimática?

Hoy queremos hablaros de qué es una casa bioclimática y en qué consiste.
¿Cómo es el día a día de una persona que vive en una casa que funciona gracias al entorno que la rodea, reduciendo el consumo energético y aprovechando los recursos naturales para generar la energía necesaria?
De hecho, en el momento en el que nos planteamos construir una casa y si tenemos una cierta consciencia ecológica o de salud, la mayoría de nosotros entramos en internet a buscar información sobre casas ecológicas y pasivas y es precisamente en este momento en el que la mayoría de los clientes llegan a nuestro estudio inmersos en un mar de dudas.
Para intentar aclarar estas dudas y entender qué es una casa bioclimática, hoy dedicamos un post a definir su funcionamiento y características para que todos aquéllos que os habéis decidido a construir una casa bioclimática, sana y natural tengáis claras las bases de las que parten este tipo de viviendas.
Qué es una casa bioclimática
Una casa bioclimática es una vivienda que es capaz de mantener una temperatura interior adecuada y agradable solo con los recursos naturales del entorno y evitando a la vez las energías convencionales.
Esto se consigue mediante la captación de calor y luz solar y su posterior almacenamiento en los materiales de construcción así como mediante el aislamiento térmico.
Adaptación al clima
Para conseguir una temperatura interior adecuada sin necesidad de energías externas para climatizar el interior, será importante conocer el clima y utilizar distintas estrategias de acuerdo a la ubicación donde nos encontramos.
En este sentido, habrá que tener en cuenta la orientación, el aislamiento y la ventilación.
Orientación
La orientación es una de las primeras premisas que deberíamos comprobar antes de construir una casa. Es importante poder captar radiación solar para calentar nuestra vivienda de forma natural.
En el hemisferio norte, donde nos encontramos, la mejor orientación es sur, puesto que es la dirección que recibe sol durante más horas al día y en mayor grado. Por este motivo, debemos aprovecharlo y situar en la fachada sur, una gran superficie de cristal que podríamos llegar a contabilizar entorno al 75% del total de la fachada.
Con una superficie tan grande de ventanas, en verano podríamos tener un sobrecalentamiento del interior de nuestra casa. Será necesario protegernos mediante porches, pérgolas o filtros solares que nos den sombra e impidan que la radiación entre.
En el resto de orientaciones por supuesto deberemos disminuir este porcentaje ya que, igual que ganamos calor a través de las ventanas, también la perdemos. Especialmente en la fachada que esté orientada a norte, deberemos disponer poco cristal y si es necesario abrir a norte, deberemos tener en cuenta que los cristales sean de doble o triple cámara aislada de forma que no perdamos el calor generado en el interior a través de una fachada que está continuamente a baja temperatura.
Si el terreno en el que nos encontramos tiene pendiente, lo mejor será que ésta quede orientada hacia sur. De esta forma podremos trabajar con una fachada muy abierta y conseguir radiación solar.
Además es posible que podamos aprovechar una de las características esenciales del terreno, la inercia térmica, que se define como la capacidad de un material de almacenar calor. Esto implica que la tierra es capaz de regular y reducir el intercambio de calor, de hecho, si hiciéramos un pozo veríamos que a una cierta profundidad, la temperatura se mantiene relativamente constante al largo del año.
De esta forma, si semi-enterramos una parte de la fachada a norte por ejemplo, conseguiremos que el calor que hemos conseguido en el interior de nuestra casa no se pierda.
Puesto que queremos disminuir al máximo el consumo de los sistemas de climatización –aire acondicionado, calefacción, etc.- es importante la captación de calor pero también que, una vez captado, lo mantengamos dentro de nuestra casa.
Aislamiento térmico
El aislamiento es otro de los temas a tratar para entender qué es una casa bioclimática. Su grosor es uno de los aspectos que diferencia hoy en día una casa bioclimática de una casa convencional.
Actualmente una vivienda se da por buena si la fachada tiene entre 8 y 10 cm de grosor. Pero en el caso de una casa bioclimática el espesor del aislante térmico será del orden de entre 15 y 20 cm dependiendo de la zona concreta en la que nos encontremos.
Por otro lado, no solo importará cuánto aislante coloquemos, sino que no existan puentes térmicos. Un puente térmico es un punto concreto de la casa en el que el aislamiento pierde su continuidad.
Esto ocurre cuando los detalles constructivos no están bien resueltos, algo habitual en el 95% de las viviendas que se han construido en la época pre-crisis y en las que se prima el beneficio económico del promotor a la calidad constructiva y climática de la vivienda. Uno o varios puntos en la fachada en los que no haya continuidad aislamiento térmico puede ser un grave error puesto que facilitará el intercambio de calor -frío entre el exterior y el interior de nuestra casa.
Ventilación
Si bien hemos conseguido calentar nuestra casa y mantener el calor dentro hasta ahora, también necesitaremos saber cómo enfriar nuestra casa. Lo haremos por medio de la ventilación.
Sabemos que una corriente de aire a tan solo 3 metros por segundo –a 10,8 kilómetros por hora- consigue disminuir la sensación térmica en aproximadamente 1ºC.
La cuestión es, ¿cómo generamos corrientes y las introducimos en nuestra vivienda?
La forma más eficiente para utilizar el aire para refrescar nuestra casa es la ventilación cruzada. Esto se consigue ubicando ventanas en fachadas opuestas, de forma que el aire pueda generar un recorrido opuesto entre una fachada fría y una caliente y por lo tanto producir una corriente que refresque el ambiente y de paso, renueve el aire interior.
En cierto modo parece fácil y sencillo, pero hay que situar las ventanas de forma que no haya obstáculos ni paredes que impidan este recorrido.
Por esta razón muchas veces nos servimos de los patios interiores que pueden ofrecernos un espacio exterior por el que ventilar las habitaciones u otras estancias. En el clima mediterráneo los patios funcionan bastante bien puesto que consiguen crear una zona exterior algo más controlada que el exterior abierto.
Ahorro energético y económico en una casa bioclimática
En la definición de qué es una casa bioclimática es necesario considerar el ahorro energético que se consigue con este tipo de construcciones que en general pueden llegar fácilmente al 80 o 90% de ahorro en comparación con una vivienda convencional.
Además, en una casa bioclimática incluso podemos llegar al consumo nulo de forma que generando nuestro propia energía, podemos dejar de depender de las empresas que suministran gas o electricidad evitando que nuestra casa consuma energía para climatizar y consiguiendo energía de forma propia. Es decir, podemos llegar a construir una casa autosuficiente.
Materiales
Por supuesto, si al describir lo que es una casa bioclimática hemos dicho que es esencial que ésta se adapte al entorno, también los materiales que usaremos por coherencia debería ser locales en la medida de lo posible. Con materiales de proximidad estaremos desarrollando la producción de nuestra zona y ahorraremos en transporte de los materiales o sistemas.
En general, para el sistema de muros, trabajaremos con materiales naturales como pueden ser la madera o los materiales cerámicos o pétreos que tienen procesos de fabricación con una reducida huella ecológica.
Los materiales cerámicos o pétreos tienen una gran capacidad para almacenar calor que conseguimos a través del sol. Por otro lado, la madera, si bien es un material más parecido a un aislante, y no acumula calor, se trata de una material que nos permite trabajar en taller al milímetro y controlar la puesta en obra de forma que conseguimos casas muy aisladas y estancas. Además, se trata de un material que pesa poco y cuya estructura es de fácil y rápido montaje.
Entre los beneficios también cabe destacar que ayuda a regular la humedad del interior de la casa. La madera, como es un material poroso, capta el exceso de humedad ambiental y lo libera cuando el nivel de humedad relativa interior es demasiado baja, generalmente cuando encendemos la calefacción y el ambiente se reseca.
En la definición de qué es una casa bioclimática es necesario considerar el ahorro energético que se consigue con este tipo de construcciones que en general pueden llegar fácilmente al 80 o 90% de ahorro en comparación con una vivienda convencional.
Además, en una casa bioclimática incluso podemos llegar al consumo nulo de forma que generando nuestro propia energía, podemos dejar de depender de las empresas que suministran gas o electricidad evitando que nuestra casa consuma energía para climatizar y consiguiendo energía de forma propia. Es decir, podemos llegar a construir una casa autosuficiente.