Proceso de diseño
Casa pasiva modular

“¿Me podría decir el precio de una casa de 144 m2?”
Este fue el email que recibimos hace unas semanas en el despacho Slow Studio y que nos dejó atónitos.
¿Cómo puede alguien necesitar exactamente 144 m2?
Normalmente nos piden información para una casa de 3 o 4 habitaciones o bien para una casa de unos 140 o 150 m2 pero el precio de 144 m2 exactamente es algo caprichoso.
Habitualmente cuando el cliente escribe para pedir una superficie tan concreta suele ser por dos motivos. O bien ha dibujado él mismo los planos y ha medido cada una de las estancias sumando el total o bien, -que es lo más habitual- está comparando precios con alguna empresa de casas prefabricadas de las que hoy en día encontramos online a miles y el presupuesto que le ha enviado la competencia es para una casa modelo “Serena”, “Milenium” o algún otro nombre rocambolesco de exactamente 144 m2.
Y es que en los últimos años han aparecido infinidad de empresas que se presentan online con un par de imágenes de “casas modernas” en 3D y prometen reducción de costes y tiempos de construcción. Y además, como ahora está de moda y todos los clientes lo piden, también las venden como eficientes o pasivas, como quién te vende un coche con más o menos extras.
El concepto de casa modular o prefabricada es un concepto importado de Estados Unidos donde el consumismo extremo ha llegado a invadir todos los sectores, incluido el de la construcción y donde es posible comprar una casa por catálogo que llega en camión.
Sin embargo, aquí en España, las normativas de construcción son algo más arcaicas y el concepto de casa por encargo no es real. En nuestro país, antes de construir una casa debemos haber encargado un proyecto redactado por un arquitecto que firma y se responsabiliza de la integridad de la estructura, un Colegio de Arquitectos que lo haya supervisado y un ayuntamiento con una normativa específica y con un arquitecto municipal que lo revisa antes de otorgar una licencia de obra.
En este escenario, las empresas de casas prefabricadas lo tienen más complicado que en Estados Unidos ya que no pueden ofrecer sus casas directamente desde catálogo sino que necesitan un arquitecto que firme cada nuevo proyecto.
Por este aparecen empresas constructoras con arquitectos low cost que dibujan una distribución a petición del cliente y se ciñen a utilizar el sistema constructivo que marca la empresa, sin indagar más allá ni tener mayor interés por la familia que construye la casa.
Al cliente le venden un sistema constructivo estrella ya sea madera, hormigón o acero como la solución a todos sus problemas. Como normalmente solo tienen una fabrica o solo son especialistas en un único sistema nos van a vender las maravillas de dicho sistema.
Otros despachos como el nuestro, todavía sobrevivimos con aquél romanticismo no carente de elevado rigor técnico que supone trabajar de la mano del cliente decidiendo juntos el diseño -más allá de una distribución de estancias- y valorando el mejor sistema constructivo según el uso de la casa y el microclima del lugar.
No quiere decir que al final del proceso no podamos optar por construir con una empresa de casas modulares, en Slow Studio, trabajamos mucho con empresas que hacen prefabricados de madera, pero somos nosotros los que junto al cliente valoramos las opciones y les indicamos como llevarlas a cabo, comparamos precios de distintos proveedores y definimos las instalaciones según un funcionamiento de casa pasiva a medida.
Durante este proceso, quizá lo más importante y algo en lo que hemos insistido en multitud de artículos es la distinción entre la figura del arquitecto y del constructor.
Si yo voy a una empresa de prefabricados a solicitar una casa pasiva modular y la misma empresa me ofrece el arquitecto puedo estar seguro de que este arquitecto -cuyo sueldo paga el constructor- va a estar vendido a las directrices de su jefe que probablemente sean de mínimos costes de construcción y máximo beneficio para la empresa.
Si pueden ahorrar en algunos centímetros de aislamiento, poner una pintura plástica tóxica que cuesta muy barata o instalar un sistema de ventilación por aire para calentar y refrescar la casa simplemente porque esto es lo más barato lo van a hacer sin ningún interés por el funcionamiento bioclimático y el ambiente interior que se genera en la vivienda.
Si por el contrario acudo a un arquitecto a quien contrato de forma independiente y juntos valoramos distintos constructores -ya sea para casa pasiva modular o para casa convencional- tengo garantías de contar con la opinión experimentada de un técnico independiente que juega de mi parte para valorar costes y sistemas.
Así que no todo son malas noticias en el mundo de los prefabricados y sí, es posible conseguir una casa pasiva modular con ciertas garantías si detrás hay un arquitecto riguroso y con elevado conocimiento técnico detrás del proyecto y de la adjudicación de constructor.
Pero dentro del mercado de casas pasivas modulares, tenemos muchas opciones desde la clásica casa de madera finlandesa -con una elevada huella de CO2 en transporte de madera- pasando por empresas de construcción de madera de procedencia local con estructuras y fábricas altamente especializadas hasta empresas de prefabricados de hormigón reconvertidas en vendedores de casas o las que menos nos gustan, las de prefabricados de acero, un material muy poco adecuado para albergar la vida de un hogar y con una elevada huella ecológica.
Veamos entonces paso a paso como discernir entre los buenos y los malos.
Qué es una casa pasiva modular
Antes de nada intentaremos entrar en detalle en lo que es una casa pasiva modular, un tipo de construcción que como su nombre indica consiste en un conjunto de módulos que pueden ser de madera u hormigón y que suelen producirse en taller o fábrica.
El término de casa modular también se aplica a sistemas de construcción rápida o low cost, como sistemas de acero cuyos montantes se podrían considerar prefabricados o bien sistemas de muros de aislamientos sintéticos recubiertos de hormigón o aplacados cuyas piezas también se consideran “moduladas”.
En cuanto a hormigón, hoy en día existen casas cuyos módulos parten de piezas de medidas estandarizadas o casas que se fabrican en grandes “moldes” y que pasan por una cadena de montaje donde se trabajan los interiores e instalaciones.
Cuando añadimos el término “pasiva” a la casa modular entonces nos estamos refiriendo a que dichas casas disponen supuestamente de un diseño en el que se maximiza la ganancia de calor solar, se incrementa el aislamiento y las pérdidas energéticas en juntas y aberturas y por lo tanto se reduce la demanda energética. Esto se puede conseguir con cualquier sistema constructivo siempre que haya cierto rigor en la construcción pero no en todos los casos nos aseguramos un ambiente interior en condiciones adecuadas para la vida.
Si además hablamos de casa ecológica, entonces debemos tener en cuenta que descartaremos la mayoría de materiales. El diseño ecológico pone mucho énfasis en los materiales que vamos a utilizar priorizando materiales naturales, poco transformados y libres de tóxicos que además sean de proximidad para minimizar su huella ecológica.
De hecho, este último apunte, el de la huella de CO2 debido al transporte desde fábrica es un factor a tener en cuenta cuando valoramos un sistema u otro en el sentido de que no es demasiado coherente construir una casa pasiva modular que viene desde Finlandia si en España tenemos madera en los Pirineos, que aunque sea de menores dimensiones es igualmente apta para la construcción. Aquí os dejamos algunas formas de como construir una casa de madera en Cataluña, que aportan una nueva tendencia.
Qué tipos de casa pasiva modular podemos encontrar en el mercado
Nos hemos tomado la molestia de analizar una serie de proveedores, algunos que ya conocíamos o con los que hemos trabajado de la mano en la construcción de algunas de nuestras casas y otros que hemos investigado para ver qué soluciones ofrecen y si éstas nos convencen.
Veamos las distintas opciones de casa pasiva modular que podemos encontrar hoy en día en el mercado en función de sus sistemas constructivos modulares. Como comprobaremos, cada sistema constructivo se basa en el material que estemos utilizando, que determina el confort, eficiencia y salud del proyecto. Además, un mismo sistema constructivo puede llevarse a cabo con calidades muy diversas en función del tipo de empresa que lo ejecute.
Casa pasiva modular de madera
Probablemente el sistema constructivo más extendido y el material que nos suena más ecológico sea la madera. Es cierto que la madera constituye un material de alta eficiencia energética, natural, renovable, transpirable y con una huella ecológica negativa – es decir que absorbe más CO2 del que emite a lo largo de su vida útil. Además, hablamos de un material fácil de trabajar en fábrica que permite un riguroso control de detalles en taller, asegurando una alta estanqueidad de los cerramientos.
Sin embargo, debemos tener en cuenta la huella ecológica de su transporte desde el bosque donde se tala hasta el aserradero y posteriormente hasta el lugar de producción. Otro parámetro a valorar es la procedencia de la tala de madera que debe ser siempre certificada PEFC o FSC, garantizando una gestión forestal adecuada.
En nuestro país disponemos de empresas de casas pasivas modulares que tienen aserradero propio y por lo tanto controlan la calidad de la madera de principio a fin. Otras empresas simplemente compran la madera a terceros pero disponen de grandes naves de producción que muchas veces provienen de familias con varias generaciones de experiencia en carpintería y obras de madera y cuya experiencia es vital para la buena ejecución del proyecto.
Dentro de las casas pasivas modulares de madera existe un subtipo llamado casas finlandesas. El hecho de incluir Finlandia en el nombre de la casa parece que da una garantía de calidad y experiencia y no es para menos, los países nórdicos tienen una gran tradición en construcción en madera y bosques con gestión forestal desde hace decenios que garantizan una madera esbelta de grandes dimensiones y que se trabaja con maquinaria altamente tecnificada. Sin embargo, más allá de la buena calidad de este tipo de casa pasiva modular, vale la pena cuestionar el coste climático en relación al CO2 que emite el transporte de dicha casa pasiva modular hasta España.
Casa pasiva modular de acero
El sistema constructivo de acero, llamado steel frame, está de moda. Las venden como casas prefabricadas de última generación, muy eficientes, extremadamente baratas y fáciles de construir. Se trata de una estructura de acero similar a la que sujeta tabiques de ‘pladur’, recubierta normalmente con aislamiento tipo poliespán, -conocido en construcción como EPS, y un acabado de hormigón proyectado o cualquier otro panelado low cost.
Como solemos decir en Slow Studio, este tipo de casas son literalmente “jaulas de acero recubiertas de plástico” un lugar muy poco adecuado para albergar la vida de una familia.
Se trata de una solución que no tiene inercia térmica, muy útil en nuestra casa pasiva modular para almacenar el calor del día y aprovecharlo para la noche. Suele generar muchos problemas de eficiencia energética y puentes térmicos debidos a la alta conductividad térmica del acero.
Otras desventajas del acero son su baja disponibilidad al tratarse de un material con reservas limitadas, además de su elevado coste de transformación, que lo convierten en una de las materias primas con mayor huella ecológica. Una casa con este tipo de solución se convierte en una jaula metálica que almacena todo tipo de ondas electromagnéticas en el interior (3G, wifi, inalámbricos, alarmas), interfiriendo además en el campo magnético terrestre.
Además, este tipo de viviendas se suelen calentar con un sistema de aerotermia, normalmente conectado a un difusor de aire caliente que reduce mucho la humedad del ambiente. Una casa con una humedad por debajo del 30% no es adecuada para la vida puesto que reseca las mucosas y reduce nuestras defensas, además, el polvo se eleva junto con microorganismos y acaba en nuestras vías respiratorias. Es importante recordar que cuando hablamos de una vivienda ecológica hacemos referencia únicamente a la consciencia medioambiental, sino también a la salud de los usuarios que van a vivir en ella.
Casa pasiva modular de bloques EPS
En este caso, la estructura consiste en bloques de EPS o similar que son paneles prefabricados tipo poliespán que, una vez armados, configuran los muros de la vivienda. Las empresas que lo comercializan aseguran que soluciona aislamiento, revestimiento y espacio para instalaciones en un solo producto.
El acabado de este tipo de casa pasiva modular suele ejecutarse con hormigón proyectado, además de verter hormigón en el hueco del bloque para dar estabilidad. Pese a tratarse de un sistema híbrido, estamos ante una solución muy parecida a la del hormigón armado revestido de aislamiento de EPS. A la práctica, conseguimos un cerramiento estanco basado en bloques sintéticos con elevada huella ecológica ya que provienen del petróleo que no transpiran por lo que acumulan humedades y condensaciones en su interior. El hormigón además, es un material con una elevada huella ecológica que incluye gran cantidad de tóxicos en su composición y no debemos olvidar que además incorpora acero cuyas desventajas se han enumerado en el apartado anterior.
Casa pasiva modular de hormigón
Bien conocido es el sistema constructivo de hormigón armado. En este caso, hablamos de su variante prefabricada que se suele ofrecer por empresas de prefabricados de naves industriales reconvertidos en constructores de casas supuestamente eficientes.
El sistema de este tipo de casa pasiva modular se basa en una serie de paneles prefabricados de hormigón armado con acero, de espesor mucho menor a la construcción in situ, se colocan para después ser aislados y revestidos. Las ventajas son un precio cerrado y unos tempos de construcción de 7 meses.
También de hormigón, existe un nuevo sistema constructivo sobre el que muchos clientes llegan preguntando al despacho. Se llama Ytong y consiste en bloques del llamado hormigón celular, un tipo de hormigón aligerado que venden como material ecológico. Con él, pretenden solucionar todas las cuestiones técnicas en un solo muro: resistencia estructural, aislamiento térmico, acústico, confort climático y resistencia al fuego.
Si es cierto que nos ahorramos el acero en nuestra construcción gracias a la capacidad portante de estos bloques, uno de los materiales más contaminantes. Sin embargo, es difícil defender el cemento como un material ecológico. Pese a provenir de la piedra caliza, el proceso de transformación requiere altos hornos y supone un 5% del total de emisiones de CO2 en todo el planeta. Ya se han inventado alternativas de cemento ecológico que substituyen la piedra caliza por residuos sólidos de centrales térmicas y se ahorra el proceso de calcinación con altos hornos.
Algunas reflexiones finales
Greenwashing
Consecuencia de la falta de opciones de compra en el mercado ecológico, aparece el fenómeno greenwashing, en el que se nos venden productos como ecológicos cuando no lo son. Entramos en contradicciones como la de hablar de una ‘casa pasiva modular’ con estructura de acero y forrada de plástico.
El truco está en desviar la atención de los materiales ecológicos y las estrategias bioclimáticas que dejamos de lado para concentrarnos en tecnicismos y certificados. Es el caso de las certificaciones energéticas, que simplemente tienen en cuenta el consumo energético de la futura vivienda y olvidan el origen, transformación y transporte de los materiales que empleamos.
Precio cerrado
Un precio cerrado mucho más bajo que el de una vivienda convencional siempre supone un fantástico reclamo publicitario. Sin embargo, es preciso confirmar el total de la inversión ya que muchas veces los precios que nos dan este tipo de empresas no incluyen partidas como la cimentación, la licencia de obra o el IVA y otros impuestos.
Además, un precio cerrado suele significar que no hay ninguna posibilidad de aplicar modificaciones en el diseño de nuestra futura casa pasiva modular, y eso impide cualquier adaptación a nuestras necesidades. Muchas veces las empresas de casas prefabricadas trabajan con arquitectos en plantilla que se ciñen a dibujar una distribución, ahorramos en proceso de diseño pero perdemos la calidad y el rigor en la parte más importante de la construcción de nuestro futuro hogar. Al funcionar con un arquitecto supeditado a una serie de soluciones tipo, se abarata mucho el coste pero también la calidad arquitectónica del resultado y las opciones.
En nuestro estudio de arquitectura sostenible no nos cansamos de recordar que una casa ecológica es una inversión para toda la vida de la que tenemos que estar más que seguro y dedicar todo el esfuerzo que ello requiera.
Calidad del ambiente interior
Otro punto que hemos ido entreviendo es la distinción entre eficiencia y salud. Hoy en día s le da mucha importancia al término eficiencia porque supone un ahorro económico o la llamada hipoteca energética. Sin embargo, como los factores humanos parecen vender menos, se suele hacer poco hincapié en la calidad del ambiente interior de nuestra futura vivienda. Ahorrar en salud no parece la mejor inversión y muchas veces la salud no es un factor que se tenga en cuenta en el momento de decidir sobre nuestra futura casa.
Qué tipo de casa pasiva modular elegir
A modo de conclusión, de todos los tipos de casa pasiva modular que hemos analizado, el único que se salva es el modelo de casa pasiva modular de madera y de proximidad. Siempre controlando su procedencia y extracción. Existe una certificación llamada FSC que verifica que la gestión del bosque cumple con una serie de estándares ecológicos acordados de forma internacional. Sin embargo, esta certificación no asegura que el material sea de procedencia local y por lo tanto no cuantifica la huella de CO2 que éste incluye como resultado de su proceso de transporte.
Por otro lado, queda más que reflejada la importancia del contacto directo con el arquitecto, de cara a la fase personalizada de diseño dentro de los parámetros de la estandarización modular. Paralelamente, este diseño debe integrar las estrategias bioclimáticas que hagan del proyecto una vivienda pasiva.