Proceso de diseño

Los 5 principios básicos para construir una casa pasiva

Una casa autosuficiente que requiere poca energía para funcionar y que ésta sea producida de forma autónoma parece ser la vía hacia un modelo sostenible.
Publicado el 13 noviembre 2015

Afrontar el cambio climático es una cuestión de conseguir mantener el nivel de confort que nuestra sociedad ha alcanzado mediante fuentes de energía limpias y renovables.

Para ello se ha llegado al consenso de que la solución no pasa por generar la misma energía mediante fuentes renovables -algo que se considera inalcanzable con la tecnología actual- sino por reducir el consumo y enfocar los esfuerzos hacia la autoproducción local de energía.

Una casa autosuficiente que requiere poca energía para funcionar y que ésta es producido de forma autónoma parece ser la vía hacia un modelo sostenible de desarrollo global.

En este sentido las casas pasivas se están postulando como la alternativa de futuro. Se trata de casas que reducen el consumo energético al mínimo a través de un aislamiento excepcional y a partir de una demanda mínima de energía consiguen convertirse en autosuficientes mediante fuentes renovables.

 

¿En qué consiste una casa pasiva?

 

Una casa pasiva no es más que una casa que funciona gracias a sistemas que no dependen de la producción de energía. Esto es en definitiva el AISLAMIENTO.

Si aislamos una casa lo suficiente y este aislamiento lo recubrimos con una lámina estanca que no permite ni la más mínima filtración de aire conseguimos una casa termo, es decir una casa que mantiene el calor interior durante horas.

Esto conlleva dos consecuencias:

 

– La primera, que con muy poca energía que puede ser el propio calor del sol conseguimos una temperatura adecuada en el interior sin prácticamente necesitar de calefacción.

– La segunda, es que vivir en un termo también tiene sus inconvenientes y es que no hay ningún intercambio de aire con el exterior. Esto que a priori puede parecer un inconveniente se convierte en una ventaja ya que el intercambio de aire entre interior y exterior se aprovecha para filtrar el aire que llega a nuestra casa libre de contaminantes -muy útil si vivimos en una ciudad- y también para aprovechar el calor del aire reduciendo aun más si cabe el consumo energético en calefacción.

El resultado de este cóctel no es solo una casa ecológica que requiere del orden del 10% de la energía de calefacción de una casa convencional sino que conseguimos filtrar el aire interior y vivir en un entorno controlado y saludable libre de contaminantes y con el nivel óptimo de CO2.

Y es que aunque esto puede parecer exagerado lo cierto es que en la mayoría de las casas que habitamos, el aire interior se ve contaminado no solo por la contaminación exterior -algo obvio en una gran ciudad- sino por la insuficiente ventilación que genera una acumulación de no solo CO2 sino de compuestos orgánicos volátiles nocivos para la salud y que son emanados por el propio polvo, pinturas, humedades, barnices, productos de limpieza, etc.

 

¿Cuáles son las características de una casa pasiva?

 

Siempre os decimos que por casa pasiva podemos entender dos cosas, la primera, la arquitectura pasiva que es cualquier elemento que contribuye a mejorar la eficiencia energética y la captación de calor del sol sin consumir energía como podría ser un sencillo porticón de lamas regulables que filtra la luz del sol según la época del año y la hora del día.

La segunda opción lo que se conoce como casa pasiva Passivhaus que son casas certificadas mediante un sello de construcción alemán que garantiza que nuestra vivienda consume menos de 15 KW/h/año/m2.

Para ello el Passivhaus Institute con sede en Alemania y sucursales en todo Europa ha definido una serie de de criterios de diseño mínimos para que nuestra casa sea considerada como parte del estándar:

 

 

1. Un elevado aislamiento

 

Como os hemos avanzado el aislamiento va a ser un punto clave para reducir las perdidas de calor. Convertimos nuestra casa en un termo.

 

2. Ventanas de gran calidad

 

Un punto débil en cualquier vivienda es el encuentro entre una ventana o una puerta y el muro.

En este encuentro no solo se producen perdidas de calor por la propia filtración de aire a través de las juntas sino que además el frío que se transmite a través del vidrio o de la propia estructura de la ventana produce condensaciones en el interior que se convierten en humedades poco saludables para el ambiente interior de nuestro hogar.

Una ventana de altas prestaciones cuyo encuentro con el muro esta correctamente solucionado, sellado y aislado va a conseguir que no hayan perdidas de calor en un punto en el que es habitual tener problemas.

 

3. Ausencia de puentes térmicos

 

Los puentes térmicos son un concepto que se utiliza para denominar una zona de la construcción de muros o cubiertas de una vivienda a través de la cual escapa calor, generalmente debido a un detalle constructivo mal solucionado.

Por supuesto si estamos hablando de que construir una casa pasiva requiere un aislamiento estanco de la vivienda, será indispensable que no haya ninguna fuga de aire en ningún punto.

Esto se comprueba mediante la prueba de blower door que tras cerrar toda la vivienda genera una sobrepresión a través de una de las puertas para controlar si esta habiendo alguna fuga y solucionarla.

 

4. Ventilación mecánica con recuperación de calor

 

Si estamos viviendo en un compartimento estanco igual que un termo vamos a necesitar la aportación de aire fresco.

Esto a priori puede sonar algo extraño porque al vivir en una casa pasiva no es necesario abrir nunca las ventanas (si que es posible) ya que la renovación de aire se realiza de forma mecánica para asegurar una adecuada calidad.

Aprovechando que debemos sacar aire viciado y introducir aire fresco lo que se hace es conducir el aire interior a través de un mecanismo que recupera el calor y se lo traslada al aire nuevo que entra. Además esta máquina incorpora filtros que nos aseguran una calidad inmejorable del aire, una opción muy adecuada si vivimos en una zona con contaminación ambiental como puede ser una gran ciudad.

 

5. Estanqueidad al aire

 

Por último y aunque ya se ha mencionado en varias ocasiones, construir una casa pasiva requiere asegurar que hemos obtenido un espacio estanco para evitar la pérdida de calor.

Si además esta vivienda la construimos con materiales naturales respetuosos con el medio ambiente podemos asegurar que estamos contribuyendo a un modelo de desarrollo sostenible y a la vez, viviendo en un espacio saludable en el que seguro seremos felices.

 

En Slow Studio estamos especializados en la construcción de casas pasivas con materiales naturales. Nuestro objetivo no es solo conseguir espacios sanos y eficientes, sino que nuestros clientes sean felices en las casas que construimos.