Casas saludables en la revista Hola!
La revista Hola! publica en su versión digital un artículo sobre SALUD Y BIENESTAR EN CASA que ha contado con nuestro estudio como experto en arquitectura sostenible, ecológica y sana. Esta publicación semanal española cuenta con proyección internacional y está especializada en temas como moda, belleza y diseño.
En el artículo respondemos a una serie de preguntas sobre aspectos a tener en cuenta para garantizar la salud y bienestar en los espacios que habitamos:
¿Cuáles son los pasos o aspectos imprescindibles para que una casa asegure nuestro bienestar?
El confort de un espacio viene definido por la humedad, la temperatura y la velocidad de la corriente de aire.
Así, asegurar nuestro bienestar es sinónimo de asegurar el confort higrotérmico mediante sistemas pasivos como la ventilación cruzada, la captación solar, los patios bioclimáticos, las cubiertas vegetales o el uso de materiales transpirables e higrotérmicos.
¿Y nuestra salud? ¿Hay algo en lo que difiera respecto a la pregunta anterior relacionada con el bienestar?
La salud de un ambiente interior está muy relacionada con la calidad del aire, que depende directamente de la renovación de éste para limitar la presencia de CO2 y también la presencia de otras sustancias contaminantes, como los tóxicos presentes en materiales de construcción, pinturas, mobiliario o productos de limpieza.
Hoy en día, sin embargo, hay que tener en cuenta que el concepto de salud hay que contemplarlo de forma integral, así que no solo debemos tener en cuenta nuestra salud física sino también la salud emocional y la salud social, según la más reciente definición de la Organización Mundial de la Salud.
Es por ello, que no solo vivir en un entorno libre de contaminantes tanto en el exterior como en el interior de nuestro hogar, si no también disponer de acceso a espacios verdes y naturales donde poder relacionarnos con una comunidad estable de personas es la primera premisa para asegurar nuestra salud desde una perspectiva holística. Debemos contemplar todas las escalas, desde la escala urbana a nivel de planeamiento de ciudad y zonas verdes, la escala de barrio en la que se generan espacios de relación vecinal y la escala de hogar en la que podemos incidir en mayor medida.
¿Todo el mundo puede tener una casa que asegure el bienestar y la salud?
La calidad de un hogar, su salud y bienestar viene definido por las condiciones medioambientales del exterior, las condiciones de salubridad del interior y de la disposición y sistema constructivo del edificio.
Por lo general, si vivimos en un entorno saludable, poco contaminado con presencia de vegetación, nuestra casa tiene un buen asoleo y posibilidad de ventilación natural con aire fresco y sano ya tenemos buena parte de la ecuación ganada.
Por el contrario, si vivimos en un entorno urbano con elevados niveles de contaminación, sin presencia de vegetación o en una vivienda sin asoleo directo entonces poco podremos incidir en nuestra calidad de vida por más que tomemos pequeñas acciones para evitar tóxicos o contaminantes del hogar. Si nuestro refugio no está ubicado en un lugar adecuado, sano, con presencia de sol, vegetación, posibilidad de relación con la comunidad, nuestra calidad de vida estará condicionada por factores que escapan de nuestro control.
En situaciones en las que dispongamos de radiación solar y de un entorno natural sin contaminación, con acceso a espacio público de relación que nos permita disfrutar de una vida en comunidad, es posible realizar pequeños pasos para mejorar el bienestar y la salud en casa sin que ello suponga una gran inversión, aprovechando el aire exterior para renovación a través de la ventilación, reduciendo la presencia de tóxicos y contaminantes en el interior del hogar, mejorando la eficiencia mediante sistemas pasivos, propiciando la presencia de vegetación o impulsando las relaciones con la comunidad.
¿Por dónde empezar a hacer que tu casa la asegure cuando ya está construida y se vive en ella?
La OMS calcula que pasamos el 90% de nuestro tiempo en espacios interiores y que éstos suelen estar de 4 a 5 veces más contaminados que el ambiente exterior. Esta situación es causada por algunos de los siguientes factores:
- La falta de renovación de aire que conlleva la acumulación de CO2 y otros contaminantes, por lo que la primera premisa es siempre asegurar una buena ventilación. Si vivimos en un entorno urbano contaminado entonces deberemos valorar instalar un sistema de renovación de aire mecanizado con filtro.
- Evitar el uso en exceso de calefacción y aire acondicionado, ambos son sistemas que resecan el ambiente en exceso. Un ambiente con una humedad relativa por debajo del 50%, produce sequedad en nuestras mucosas, reduciendo nuestras defensas y exponiendo nuestro organismo a la entrada de virus y bacterias.
- Tener en cuenta que la presencia de tóxicos en el ambiente interior es debida a la presencia de componentes orgánicos volátiles emanados de diversos materiales y productos. Es posible reducirlos a través del uso de productos de limpieza naturales que no contengan tóxicos agresivos para la salud como los biocidas y fungicidas; evitar muebles con colas o mobiliario a base de tableros aglomerados y contrachapados de madera; no instalar pavimentos como moquetas, PVC, goma; priorizar el uso de aislamientos naturales en detrimento de la lana de roca o de vidrio; prescindir de productos de recubrimiento como pinturas plásticas, barnices, vinilos y placas de yeso; y apostar por textiles como alfombras y cortinas de fibras naturales, que no emiten formaldehido.
¿Cuándo habría que cambiar de casa porque nos perjudica? ¿Cómo te das cuenta o cuándo te lo planteas? ¿Es posible en lugar de cambiar, reformarla para lograr la mejora?
Para entender si el lugar donde vivimos es adecuado y mejora nuestra salud y bienestar es necesario hacer una valoración holística desde todos los niveles.
Y es que la salud es un estado de bienestar físico, mental y emocional.
La primera escala es la escala de ciudad.
En este sentido lo primero que debemos hacer es entender si el entorno urbano en el que vivimos resulta adecuado y nos permite vivir con felicidad. Esto depende de factores como el nivel de contaminación del entorno en el que se ubica nuestra vivienda -por ejemplo, si hay industrias contaminantes cercanas o si vivimos en una calle de alta densidad de tránsito-, la disponibilidad de una red y una comunidad en la que poder relacionarse, el acceso a servicios, la presencia de vegetación y entorno natural, etc.
La segunda escala es la escala de vivienda.
En nuestra vivienda hay un factor primordial que define la salud y que es la incidencia de calor y luz solar. El no tener acceso a asoleo directo también supone una situación difícilmente mejorable, ya que nos impide implementar las estrategias pasivas más importantes como la captación solar a través de aberturas o galerías o patios invernadero. El sol es vida, es decir es luz, calor, energía y consecuentemente salud.
Estas dos premisas no dependen de nosotros y es por ello que son las primeras comprobaciones y asunciones que deberemos llevar a cabo al plantearnos reformas o cambiar de vivienda. Si el entorno es adecuado y nuestra vivienda tiene un buen asoleo, entonces si es posible renovar y en este caso deberemos llevarlo a cabo desde tres perpectivas:
- Asegurando que los sistemas y materiales que utilizamos mejores la salud del espacio.
- Mejorando, mediante estrategias pasivas la eficiencia energética y por lo tanto consiguiendo una reducción de demanda de energía activa.
- Teniendo en cuenta que las intervenciones que llevamos a cabo no solo nos afectan a nosotros, sino que tienen un impacto sobre el planeta en términos de uso de recursos, sostenibilidad, circularidad o contaminación de los procesos productivos que son necesarios para llevarse a cabo. En este sentido llevar a cabo intervenciones con criterios de sostenibilidad supone una mirada más amplia de respeto y empatía hacia nuestro entorno y generaciones futuras.
¿Qué orientaciones o ambientes hay que evitar?
Es necesario evitar las orientaciones a norte o laderas de montaña con pendiente a norte al no tener acceso a sol. El sol es sinónimo de vida, nos aporta luz, calor, energía y nos lleva de vida.
Por otro lado, es importante evitar entornos urbanos contaminados, sin presencia de vegetación, sin una comunidad estable, sin servicios que dificultan la consecución de un estilo de vida consciente y pleno.
¿Y qué materiales son los que SÍ deben estar y los que NO?
Es necesario valorar los materiales desde una perspectiva holística: su funcionamiento a nivel térmico, de sostenibilidad y salud. Por eso es necesario apostar por materiales naturales, saludables, de reducida huella ecológica y procedencia local.
Por otro lado, debemos evitar todo tipo de plásticos o derivados del petróleo y materiales con una elevada huella ecológica, como los materiales derivados del cemento y el acero, que pese a ser reciclable tiene un impacto elevado de CO2 y una disponibilidad limitada.
Podéis leer el artículo completo ¿Qué debe tener una casa para asegurar la salud y el bienestar de sus habitantes? en el siguiente enlace.