DOBLE ORIENTACIÓN A LA SIERRA Y AL SOL

Casa en Soto del Real

La orientación de un terreno es esencial para conseguir un excelente diseño bioclimático que nos permita reducir la demanda de energía. En el hemisferio norte, buscamos siempre la orientación sur donde disponemos la máxima incidencia de sol.

Pero, ¿qué ocurre si las mejores vistas se encuentran en la orientación norte?

 

Este es el caso de la parcela de nuestros clientes al norte de Madrid. un terreno en una ubicación privilegiada, elevado respecto al resto de la urbanización y con excepcionales vistas sobre la Sierra de Guadarrama. con orientación descendiente a norte, donde dispone de excepcionales vistas sobre la cordillera y el parque nacional.

IMPLANTACIÓN

Este terreno en la Sierra de Guadarrama dispone de una pendiente descendiente desde la calle en dirección norte -donde se encuentran las mejores vistas-. Esta condición se convierte en el principal condicionante de proyecto, ya que tendremos que poner en valor ambas orientaciones: la orientación sur donde buscamos abrir para captar sol y la orientación norte donde queremos disfrutar del paisaje.

El proyecto parte de un programa de vivienda convencional al que la familia quiere añadir un espacio de despacho independiente y flexible que se pueda convertir en habitación de invitados.

A raíz de la necesidad de independizar ambos programas se plantea la posibilidad de fragmentarlo en dos volúmenes. Éstos se integrarán en la pendiente del terreno para optimizar captación solar y vistas a norte.

Así, se plantea un volumen principal de vivienda familiar y volumen a modo de módulo anexo donde se ubica el estudio y habitación de invitados, además de una zona de almacenamiento.

INTEGRACIÓN EN EL TERRENO Y CAPTACIÓN SOLAR

Como el terreno dispone de una elevada pendiente, la división en dos volúmenes nos permite llevar a cabo una implantación que se adapta a los distintos niveles, integrando el conjunto y reduciendo el impacto de la construcción en el entorno.

Esta fragmentación nos permite liberar un amplio espacio de plaza-jardín que libera totalmente la orientación sur para el volumen principal de vivienda y que consigue una excelente captación solar.

Por su parte, el módulo anexo que funciona como zona de trabajo queda orientado a norte, una excelente orientación para espacios de trabajo al evitar deslumbramientos pero que requiere algún tipo de estrategia para conseguir sol y calentarse de forma natural en invierno. Ésto lo conseguimos mediante la ejecución de un patio captador en la cota más alta del límite de parcela.

Habiendo solucionado la captación solar a sur, tan solo nos falta poner en valor las vistas en la orientación norte del módulo principal de vivienda, un problema que resolvemos mediante una ventana horizontal corrida en la pieza central de estar-comedor-cocina que nos permite disfrutar de las vistas sobre la Sierra de Guadarrama sin generar pérdidas térmicas.

PROGRAMA

La doble orientación con captación solar y vistas a norte dirige la disposición del programa de vivienda, que intenta sacar el máximo partido de esta condición y dotar a cada una de las estancias de sol y vistas sin jerarquizar espacios.

Así, partimos de un espacio principal de estar-comedor y cocina, absolutamente privilegiado, soleado y con vistas a norte sobre la Sierra, amplio y de forma cuadrada como centro de la vivienda.

A ambos lados del espacio central, encontramos las zonas de habitaciones que también aprovechan el desarrollo norte-sur. Las zonas de descanso se abren a sur donde conseguimos el mejor asoleo de forma natural y los baños se ubican a norte, de forma que conseguimos ventilaciones cruzadas efectivas que refresquen las estancias durante la noche.

SISTEMA CONSTRUCTIVO Y AISLAMIENTOS

La vivienda parte de un sistema de muros portantes de bloques de hormigón prefabricados. Éstos se encuentran distribuidos en una crujía central que engloba las estancias de día y dos crujías más estrechas a ambos lados que comprenden las zonas de noche, más cerradas debido a la necesidad de generar mayor privacidad.

Los muros interiores se basan en una estrategia de almacenamiento de temperatura mediante inercia térmica que se protege desde el exterior mediante aislamiento de corcho, que se deja como acabado visto de fachada.